Júpiter Óptimo Máximo, principal deidad del panteón romano, se convirtió en herramienta de justificación del poder político durante el Principado. El emperador basa su legitimidad en su elección y proteccion por parte de la divinidad, apropiandose incluso de sus atributos. Con la llegada al poder de la dinastia Flavia, se enfatiza la representacion del gobernante como delegado terrenal de Jupiter, que alcanzara su mayor expresion en la Roma de Domiciano, que sentara las bases de un sistema propagandistico coherente, imitado en gran medida por los mismos sucesores que lo demonizaran sistematicamente tras su asesinato. La obra analiza los discursos ideologicos jovianos introducidos en epoca Flavia y su posterior pervivencia en epoca Antonina.