El autor analiza los diferentes problemas planteados por la cortesía, tanto en el ámbito del comportamiento como en el del habla, con abundantes ejemplos y, en ocasiones, aguda perspectiva irónica. La cortesia es forma de conducta que nos libra de la selva y hace habitable la urbe y discretamente grata la vida en ella.
El individuo humano, y no sólo para defenderse del frío, protege su cuerpo con prendas de vestir, entre las que cabe distinguir entre la ropa interior y los vestidos y los trajes, que se ven; protege tambien su vida cotidiana con puertas -las de las habitaciones de la casa, la del piso, la del portal de la calle-; la protege tambien con vallas y setos -los que defienden el espacio de los habitantes de una urbanizacion, por ejemplo-, con murallas y fronteras. La habitacion propia reivindicada por Virginia Wolf para la mujer la necesita tambien el hombre.