Eduardo López Azpitarte, S.J. (Granada, 1932), es catedrático de Moral en la Facultad de Teología de Granada. Destaca su amplia labor en el campo de la enseñanza y de la divulgación de la Teología en España, África y América Latina. Ha publicado numerosas obras.
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Son muchas las dificultades que hoy se suscitan en torno a la moral. Se sabía muy bien cómo había que comportarse, pues en los libros de texto y en las enseñanzas de la Iglesia se especificaba con claridad la conducta del creyente. Pero una presentacion de este tipo ha perdido mucha credibilidad en nuestro mundo. La gente desea saber, sobre todo, por que se ha de actuar de una manera determinada. Por otra parte, el pluralismo, existente incluso en la propia Iglesia, provoca bastante desconcierto y confusion. Los interrogantes que hoy muchos se plantean requieren una respuesta que pueda resultarles aceptable. ¿Por que esa pluralidad de opiniones? ¿Es la fe o la razon la que fundamenta las valoraciones eticas? ¿Hay algo especifico en la moral cristiana? ¿Existe todavia el pecado? ¿Hemos superado la maldicion de la ley? En torno a esta crisis, el autor desea ofrecer unas reflexiones breves y sencillas, sin necesidad de aparato critico, para que el lector pueda comprender esta situacion y orientarse en medio de ella. EDUARDO LOPEZ AZPITARTE, jesuita, profesor de Moral en la Facultad de Teologia de Granada, ha escrito 24 libros sobre temas de su especialidad y unos 300 articulos en diferentes revistas nacionales y extranjeras. Su magisterio se ha extendido tambien por numerosos paises de Africa y America. Sal Terrae ha publicado recientemente sus libros: Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios para una etica sexual / Hacia una nueva vision de la etica cristiana.
Una de las razones fundamentales para el rechazo generalizado de la moral ha sido la forma en que ha sido presentada en muchos tratados y la pedagogía utilizada para su enseñanza. Es precisamente lo que intenta obviar este libro al ofrecer una nueva visión de la ética que se fundamente en nuestras propias estructuras antropológicas, pero que, al adjetivarse como cristiana, tampoco puede perder su dimensión trascendente y evangélica. El lector encontrará también, tocados con objetividad y respeto, los puntos que hoy se discuten en la Iglesia y que condicionan las distintas visiones que pueden darse.
En estos últimos años, la imagen del pecado ha sufrido un cambio profundo en nuestra sociedad y nuestra actitud ante el pecado ha cambiado en relación con epocas anteriores. Son muchas las causas que han condicionado esta evolucion. No todas seran positivas. Pero hay razones tambien para que la imagen del pecado que se ha presentado con frecuencia se haga mas comprensible y aceptable a nuestra cultura actual.
Son cada vez más los jovénes que se plantean la negativa al servicio militar: las estadísticas no dejan lugar a dudas. Entre estos mismos objetores, son también cada vez más los que se declaran insumisos, negandose no solo al cumplimiento de las obligaciones militares, sino a cualquier otro tipo de servicio sustitutorio. Frente a un fenomeno significativo como este, son muchas y divergentes las opiniones existentes dentro de la sociedad civil y de la eclesiastica, sobre todo en el tema de la insumision. Para algunos, la moderna objecion de conciencia parece irreconciliable con el pensamiento catolico, pues solo seria aceptable cuando hubiera que oponerse a una conducta inmoral considerada injusta o pecaminosa. La vida militar, por el contrario, no solo seria legitima, sino que -dentro de ciertos limites y con ciertas condiciones- deberia ser incluso impulsada. La aceptacion de esta conducta equivaldria, en el fondo, a un gesto de tolerancia para evitar consecuencias peores. No parece que nadie se oponga hoy con este radicalismo a la legitimidad de la objecion de conciencia, sobre todo cuando son bastantes los paises democraticos que la han incluido en su legislacion como una alternativa juridica y cuando, ademas, es valorada tambien como una opcion etica cargada de profetismo social y cristiano. Sin embargo, las reflexiones sobre la insumision despiertan pareceres mucho mas contradictorios. Segun algunos, se trata de una conducta que nace de un talante insolidario y que no encierra mas que un egoismo encubierto. En el extremo contrario, la insumision se considera como un verdadero derecho que a nadie se le puede negar. Ante esta situacion, es logico que muchos se pregunten: ¿nos hallamos ante una conducta inaceptable o ante un gesto profetico y evangelico?; ¿supone una actitud insolidaria para eximirse de ciertas responsabilidades sociales o constituye un compromiso serio por la mejora de la sociedad? ¿manifiesta un talante anarquico o un ideal constructivo? ¿esta impulsada por una motivacion valida o es un producto de la picaresa latina?... Las siguientes reflexiones desean iluminar el tema desde una perspectiva etica -sin entrar en otros aspectos tecnicos, juridicos o politicos-, para que la conciencia personal de todos aquellos que se lo planteen tenga los
La sexualidad es un fenómeno complejo y plurivalente. Lo que a primera vista aparece como una pulsión única tiene otros múltiples contenidos y condicionantes. Es una fuerza enraizada en los mecanismos biologicos, pero penetra tambien en los niveles psiquicos y afectivos de la persona. Aparece hacia fuera como una decision libre que el sujeto realiza, y esta al mismo tiempo orientada por otras fuerzas ocultas e inconscientes no siempre conocidas. Se configura hacia un determinado proyecto, en funcion de la opcion de cada individuo, y queda a la vez condicionada por el ambiente social, que impone con fuerza sus pautas y mensajes. Utiliza el mensaje del amor y la ternura y desencadena, por otra parte, agresividades mas profundas. Busca la comunion, pero muchas veces no respeta la diferencia, imprescindible en cualquier encuentro. Se siente como una atraccion instintiva y requiere el mundo de la emocion. Revela la finitud del ser humano y despierta la omnipotencia infantil, que no reconoce limites. Es consciente de su vacio e impotencia, pero juega con la ilusion, que nunca queda satisfecha. Es un lugar para el gozo, la fiesta y la alegria, y puede caer tambien en la tristeza, en el dolor o en el fracaso. En un mundo tan pluralista como el nuestro, donde el se
Son muchas las dificultades que hoy se suscitan en torno a la moral. Se sabía muy bien cómo había que comportarse, pues en los libros de texto y en las enseñanzas de la Iglesia se especificaba con claridad la conducta del creyente. Pero una presentacion de este tipo ha perdido mucha credibilidad en nuestro mundo. La gente desea saber, sobre todo, por que se ha de actuar de una manera determinada. Por otra parte, el pluralismo, existente incluso en la propia Iglesia, provoca bastante desconcierto y confusion. Los interrogantes que hoy muchos se plantean requieren una respuesta que pueda resultarles aceptable. ¿Por que esa pluralidad de opiniones? ¿Es la fe o la razon la que fundamenta las valoraciones eticas? ¿Hay algo especifico en la moral cristiana? ¿Existe todavia el pecado? ¿Hemos superado la maldicion de la ley? En torno a esta crisis, el autor desea ofrecer unas reflexiones breves y sencillas, sin necesidad de aparato critico, para que el lector pueda comprender esta situacion y orientarse en medio de ella.EDUARDO LOPEZ AZPITARTE, jesuita, profesor de Moral en la Facultad de Teologia de Granada, ha escrito 24 libros sobre temas de su especialidad y unos 300 articulos en diferentes revistas nacionales y extranjeras. Su magisterio se ha extendido tambien por numerosos paises de Africa y America. Sal Terr...