Con el propósito de poner al alcance del público general una revisión actualizada de nuestro pasado que ayude a situarnos hoy y asumir el mañana, nace esta colección de Historia de España. Abanderado de la misma, tiene el lector en sus manos el primero de los dos volúmenes dedicados a la Protohistoria y Antigüedad de la Península Ibérica, el que se ocupa de Las fuentes y la Iberia colonial. Pensada especialmente -aunque no sólo- para el estudiante universitario, la obra ofrece un contrastado recorrido por las etapas iniciales de la historia peninsular, desde los albores del I milenio a.C. hasta la Segunda Guerra Púnica. Se analizan en detalle el desarrollo del mundo tartésico, la llegada de fenicios, griegos y púnicos al litoral ibérico y su interacción con las poblaciones locales. El tiempo, por tanto, de las navegaciones y contactos a larga distancia, de las primeras fundaciones urbanas y de la génesis de tradiciones literarias -mitad míticas, mitad reales- sobre una aún remota Iberia. Previa a la narración de los capítulos que componen el grueso de la obra (La Península y el Mediterráneo arcaico: las dinámicas coloniales), hallará el lector una útil introducción a Las fuentes para el estudio de la Hispania antigua, que con sus luces y sombras son el punto de partida para aproximarnos a las sociedades antiguas.
Continuación del anterior, el volumen II de la Protohistoria y Antigüedad de la Península Ibérica completa el estudio de la Hispania antigua. En un primer bloque (De los pueblos prerromanos: culturas, territorios e identidades) se desgrana la variada personalidad del poblamiento de la Edad del Hierro. Tanto en la orla mediterránea (el ámbito ibérico) como en el interior y la franja atlántica (el ámbito indoeuropeo o céltico), se analizan las bases culturales así como los sistemas socioeconómicos y políticos de aquellas comunidades, desde sus fases formativas hasta la irrupción de Roma. Seguidamente se aborda el estudio de la Romanidad hispana. Este dilatado horizonte -con más de siete siglos de avatares y procesos- compendia la conquista, explotación y organización de las provincias hispanas imperiales, hasta derivar en las transformaciones de la Tardoantigüedad y la creación del reino visigodo. Junto a protagonistas anónimos transitan por estas páginas célebres romanos en Hispania (Sertorio, César, Augusto) y no menos célebres hispanos en Roma (Séneca, Trajano, Teodosio). Analizados en sus respectivos contextos, unos y otros ayudan a trabar el tiempo en que el latín se convirtió en la lengua dominante en la Península Ibérica.