La sal es un producto sencillo pero que ha sido clave en la evolución de la Humanidad. Somos conscientes de que sin ella no se hubieran podido conservar y consumir una buena parte de los alimentos, aunque hoy tengamos a nuestra disposición los frigoríficos, sean éstos de uso particular o industrial. Esta aplicación de la sal permitió que el hombre viajara a larga distancia, sobre todo por mar. Pero la sal tuvo muchas otras aplicaciones, desde la obtención de curtidos de piel hasta la recuperación de la plata en Bolivia y México, esa que durante siglos vino a Europa en las flotas españolas. La obtención de la sal en los diferentes entornos geográficos, en las salinas de interior o en las marinas, su transporte y comercio, las relaciones de poder entre ciudades o países que se establecieron por estos motivos, conforman una historia amplia y diversa. Aquí se ofrecen una serie de hechos y conexiones para que el lector aprecie lo que la sal supuso en nuestra evolución. Encontrará, por ejemplo, cómo el esplendor de la ciudad de Venecia arranca del comercio de la sal. También verá cómo hoy las antiguas salinas se recuperan como entornos de vida natural conformando paisajes de especial belleza.
La energía es un servicio necesario en la sociedad actual, tanto para su crecimiento económico como para su desarrollo social. Los usos energéticos son el origen de agresiones muy importantes a la Humanidad y a la Naturaleza, han dado lugar a guerras a lo largo del siglo XX e influyen en el cambio climático. La primera guerra por el acceso al petróleo, en concreto al iraquí, estuvo enmascarada dentro de la Primera Guerra Mundial, desde los años 1917 a 1922, y diseñó un mapa y un esquema político social de Oriente Medio que ha sido el germen de sucesivas confrontaciones. Esa situación de conflicto declarado puede hacerse extensible, hoy, a la búsqueda de otra fuente energética, el gas natural. En este libro se analizan los intereses explícitos u ocultos alrededor de Oriente Medio, Asia Central, Venezuela y Amazonía, Golfo de Guinea, y otras cuencas con menores reservas de hidrocarburos, así como el mapa de posibles conflictos por el acceso a ellos, sin perder la atención sobre otras formas energéticas como la nuclear o la hidráulica. Un tema de gran interés es el cambio climático, que se une a situaciones sociales complejas y difíciles en África, América Central y Caribe, Asia Sudoriental y otros entornos. El Compromiso de Kyoto sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero contribuye de momento muy poco a solucionar este problema. Los más desfavorecidos de la Humanidad se van a ver agredidos por guerras o por catástrofes naturales. A lo largo del libro se intenta reflexionar sobre algunos cambios profundos que podrían dar respuesta a los problemas energéticos y ambientales, tanto políticos como económicos o tecnológicos. Los nuevos esquemas de cooperación que surgen desde diferentes ONG's han de ser potenciados y ampliados. Desde los Estados del mundo desarrollado se ha de ir hacia otras formas de colaboración con los menos favorecidos, que sobrepasen los Objetivos del Milenio y hagan realidad una ciudadanía verdadera para todos los hombres.
El desarrollo de las energías renovables ofrece una solución positiva frente a los problemas ambientales conexos a los usos energéticos convencionales, como son la escasez de recursos energéticos y la emisión de gases de efecto invernadero. Los recursos solares, de viento, biomasa... -por los que apuesta el autor- son ecológicos, abundantes y ofrecen, en su estado actual de aprovechamiento, la posibilidad de creación de empleo. Emilio Menéndez repasa en este nuevo texto las posibilidades que la utilización de estas energías alternativas ofrece en nuestro país y en los países en vías de desarrollo, encuadrándolos siempre en un esquema de sustentabilidad.
Desde el siglo V al XVI, el reino Ghana, el Imperio Malí y el reino Songhay, fueron estructuras sociales y políticas con un nivel de desarrollo similar al que había en la Edad Media en Europa. Al visitar hoy la curva del río Níger, encontramos ciudades que nos hablan de ese pasado, desde Djenné a Tombuctú. Pero lo que actualmente nos llama la atención es la situación de pobreza en la que viven sus habitantes. La debilidad de las opciones político-económicas y el neocolonialismo les afectan gravemente. También el avance de la desertización, la presión sobre la franja del Sahél y la combinación de fenómenos como las alteraciones climáticas y la erosión debida a las actividades humanas, reducen sus condiciones de habitabilidad. En un viaje por el delta interior del Níger reflexiono sobre el devenir de esos pueblos que hoy se ven obligados a la emigración, tanto en el interior del país, que se da históricamente en África Occidental, como la que insensiblemente vemos hacia Europa. Tombuctú fue la ciudad de las bibliotecas y los sabios, lo que nos lleva a pensar en un futuro común.