Los textos de este volumen abordan el problema de los destinatarios de las obras de arte, de la actitud del público ante las imágenes o de la utilización de dichas obras, tanto en el ámbito occidental como en el Oriente bizantino. Se examinan asimismo determinados usos particulares de las imagenes, sin olvidarse del componente placentero y de consumo vinculado a ciertas piezas, como es el caso de los manuscritos iluminados. Al observar la relacion establecida y desarrollada entre el publico y las obras de arte, este libro presenta a la sociedad medieval como un contexto activo, del que fueron protagonistas comitentes, espectadores y artistas.
El presente volumen se centra en el mundo de la arquitectura, de la producción de las obras, de quienes las concibieron y realizaron, de las técnicas usadas, de los materiales empleados. Ahora bien, en el Medievo todo esto se entendia de una manera bastante diferente a la nuestra. El edificio no solo se consideraba un referente en el tejido urbano, o el definidor de un espacio interior de fuerte carga simbolica, sino un todo coherente en el que a la obra propiamente constructiva se unian el resto de elementos que la ornaban: pinturas murales, esculturas, vidrieras, telas, piezas de orfebreria