En pocos artistas el tiempo tiene la importancia que alcanza en Wagner. No sólo es decisivo en el compositor o en el teórico de la interpretación, sino también en el dramaturgo, que aprovecha la música para desestabilizar el drama, provocando la continua presencia del pasado y la anticipacion del futuro. Con la excepcion de Meistersinger y no del todo, tanto en la opera romantica como en el drama musical el tiempo esta como decia Hamlet, desencajado. A veces, retrocede y el pasado retorna, como para Amfortas (primero, como tormento; mas tarde, como cura). En otras ocasiones la accion sigue pautas incompatibles con el tiempo del reloj, como en el tercer acto de Tannhauser. Su pulso cambia bruscamente, trastornado por el robo de Alberich, o se desgarra, como la cuerda del destino en la roca de Brunnhilde.Entre la historia y el mito analiza desde distintos angulos el modo en que Wagner construye el tiempo. Primero, a traves de las diez obras esenciales, deteniendose sobre todo en Tristan y Parsifal, considerando tambien ciertas puestas en escena, como las que de Tristan e Isolde llevaron a cabo Heiner Muller y el tandem Marthaler-Viebrock. En segundo lugar,se abordan conceptos esenciales, como espacio, drama, tradicion, festival, redencion, romanticismo, narracion, simbolo, femineidad, pluralidad de tiempos.Se trata asimismo la relacion del compositor con autores y corrientes esteticas mas o menos contemporaneas Schopenhauer, Nietzsche, Hegel o los romanticos, su modo de actualizar la tradicion, tanto occidental la tragedia griega, el mundo arturico, los misterios medievales, las ceremonias religiosas, como oriental las Upaniiad y el budismo, sin olvidarse de autores posteriores Adorno, Thomas Mann o el Eliot de The Waste Land, incluso a algunos que parecen muy alejados del sajon como Heidegger, Benjamin o Umberto Eco, para explicar su deslumbrante transformacion del tiempo.
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