Erase una vez un perro sin pasado y sin futuro. Un híbrido de dos razas venido del más allá. No se sabía quiénes eran sus padres ni su familia. No tenía hogar, compañía, dueño, ni siquiera nombre. Era libre y urbano, vagabundo, manso, tranquilo, robusto y muy sociable. Estaba condenado a vivir poco y a morirse pronto, de hambre, de frio o de enfermedad. Aparecio en la ciudad llamemosla Oviedo, Vetusta, Pilares, Lancia o Magnolia siendo un cachorro y en sus calles vivio alrededor de catorce años, una heroica edad para la supervivencia en un territorio que no era el suyo y que podria ser calificado de hostil.