Desde la aparición de sus primeros poemarios, la obra de Ewa Lipska, que se nutre de un combativo espíritu de protesta frente a la injusticia, que vindica la necesidad que para el verdadero poeta tiene saber anclar su devenir personal en los prosaicos afanes e inquietudes de sus coetaneos y que defiende la importancia de la experimentacion linguistica para la consecucion de una voz poetica genuina y al mismo tiempo sincera, lleva deleitando (y haciendo reflexionar) al sorprendido lector mas de cuarenta años. Con el transcurso del tiempo, en sus versos ha ido ganando peso una ironica reflexion acerca de las sempiternas cuestiones del objeto ultimo de la existencia humana y del sentido de la muerte. Enfrentados desde la estoica distancia que proporciona esa amable ironia, pero tambien desde la equivoca proximidad que procuran las abundantes metaforas que caracterizan su lenguaje literario (metaforas complejas, que bosquejan casi siempre un espacio onirico, en ocasiones surrealista), tales interrogantes aparecen transmutados en las lacerantes heridas que inflige, y en las dolorosas carencias de que adolece, nuestro mundo moderno, deshumanizado y deshumanizador, en el que solo la imaginacion y el arte parecen erigirse en vias de escape de una realidad plagada de peligros y de sufrimiento. Los dos poemarios que en esta edicion se presentan al lector español, en edicion bilingue, constituyen el logrado exponente de una de las etapas mas importantes de este lucido peregrinaje en que se halla embarcada la autora polaca. En estos versos el tiempo parece erigirse en el mecanismo que da cuerda a la existencia, arrancando al ser humano del mundo ya fenecido del pasado, cristalizado en su memoria, para arrojarlo a un futuro incierto del que se siente cada vez mas excluido. Al mismo tiempo, el velo misterico de la palabra poetica se levanta en ellos para permitirnos entrever la genuina esencia de una realidad despojada demasiadas veces de todo atisbo de trascendencia, pero que, sin embargo, merece siempre la pena ser vivida.