Cuando alguien escucha hablar de Mario Alberto Kempes automáticamente añade el Matador y recuerda su eufórica carrera sobre el césped lleno de papelitos del estadio Monumental luego de convertir el gol que le dio a la Argentina el primer Campeonato Mundial de Futbol. El Matador ilumino con luz propia los oscuros años de la represion y le dio a millones de argentinos una de las mayores alegrias deportivas de la historia.