Un hijo de desaparecidos conoce casualmente a un medio hermano que se hace pasar por travesti para investigar a ex represores y policías.Los topos arranca como una novela realista: un hijo de desaparecidos criado por sus abuelos arma su historia personal con palabras sueltas que escucha escondido. Una novia embarazada, un aborto, la extrañeza frente a la militancia en HIJOS. Pero a las pocas paginas, el personaje comienza a vivir una transformacion pasional. La prosa estrepitosa de Felix Bruzzone logra volverse cristalina, su pluma se borra y entramos al universo del sueño y del delirio. Nuestro personaje se enamora de una travesti con prontuario de matapolicias. Ocupa la casa de su infancia -abandonada- y empieza a refaccionarla sin saber de quien es. Luego, un viaje en el que solo encontrara cosas distintas a las que esperaba. Con ritmo de relato oral, sueños reveladores, equivocos, destinos cruzados de novela rosa y de policial negro, Los topos nos lleva hasta los lugares menos pensados.
Julián descubre un espejo viejísimo en el patio de su casa. Pateando la pelota contra él, se dará cuenta de que el espejo es un portal a otra realidad: una mucho más interesante que la propia. Su perro intentara detenerlo y, al cabo de varios intentos de meterse en el espejo detras de el, acabara por romperlo. Mientras Julian viaja por un mundo extraño, el perro intenta explicarle a sus padres la gravedad del asunto, pero nadie le cree porque los perros no hablan.
Julián cumple años, pero su papá y su mamá trabajan en la fábrica todo el día. Afuera cae la nieve y adentro Julián decide hacer magia con su espejo para no sentirse tan solo. Abracadabra y así des