Barcos que vuelan, Nataci n, Humanitos, Sue os er ticos, Calvicie, Cosas perdidas, Las pipas, El ojo... son algunos de los sue os que el autor describe, con una lucidez y una sinceridad ejemplares, tanto en el testimonio de lo so ado como en la meditaci n que lo rodea. Durante buena parte de su vida, Fogwill, al despertar, tom nota de sus sue os, en el af n de no olvidarlos, de no clausurar en la vigilia esa ventana que se abr a a otros mundos posibles. Y en ese libro los narra, los explora, los ordena, los compara, interpel ndolos desde ngulos tan diversos como personales, reflejo de sus m ltiples intereses y pasiones. Dice Fogwill: "Ya tal vez sean una obra. Obra del sue o u obra del due o, siempre ser m s original que cualquier intento de ficci n. Cualquiera -y a m me ha sucedido- puede volver a escribir o a reescribir la obra de otro, pero nadie podr reso ar tus sue os, ni so ar los suyos con tu propio estilo de so ar, o de escuchar tus sue os." Rese a:"Para afectos a la literatura aut ntica, la que abandona las parcelas m s trilladas, ajenas al t pico, reparadora de mediocridades, audaz."Joaqu n Marco, El Mundo
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