Francisco Pérez Baldó

Los paraísos perdidos son un estado de ánimo, un lugar de la memoria asociado a un espacio físico al que siempre se pretende volver pero, que si llega a vencernos la nostalgia del regreso, inevitablemente comprobamos con estupor que se han diluido, que ya no se corresponden con nuestro recuerdo. Asi sucede a los protagonistas de esta novela cuando intentan recuperar, al hilo de una anecdota de juventud, la fe que les falta para encarar el futuro, el ultimo tercio de la vida, despues de veinticinco años de vida en comun.El regreso, no obstante, termina ayudandoles a comprender mejor la propia experiencia y, de paso, solventar las querellas que se han ido acumulando en el alma y que se han solidificando en ese poso que les impide a veces comunicarse. La historia incluye mas de una biografia, como compendio del avatar de las seis parejas de amigos que aparecen en una foto de juventud con motivo de una excursion a Mojacar. Ninguna ha sobrevivido a la apatia, al transcurso del tiempo: se han separado todos menos nuestra pareja de protagonistas.Francisco Perez Baldo nos trae aqui tambien un recuerdo emocionado por tantos amigos que se nos han ido quedando en el camino, y de los que apenas conservamos una imagen de grupo en alguno de nuestros albumes de fotos.

El autor da rienda suelta a la imaginación recreando la técnica del thriller, recurriendo al esperpento en la peripecia de los personajes de la Residencia, para ofrecernos un final inquietante que se ha ido anunciando a lo largo de la novela.

La incursión de la novela en el relato de acontecimientos de plena actualidad no puede considerarse novedosa, y podrían traerse algunos ejemplos para corroborarlo. Es más, el diálogo entre realidad y ficcion es una constante, hasta el punto, de precisar el recurso de algunas frases hechas que tratan de justificarlo y, en ocasiones, de enmascarar como ficcion lo que ha sido extraido directamente de la vida cotidiana. Asertos como: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia o, La realidad supera a la ficcion, son ejemplos claros de lo que se dice. La novela, por tanto, se nutre de elementos de realidad, pero, con la ventaja sobre otros generos, de tener un mayor grado de libertad para recrear personajes y situaciones; lo que le permite ejercitar esa ejemplificacion moral o etica que lleva aparejado el genero desde sus origenes. Los sucesos y personajes que aparecen en este titulo son producto de la imaginacion del autor, aunque nadie lo creera despues de su lectura y trataran de encontrar el alter ego de algunos de sus personajes, al igual que la toponimia de lugares y paisajes. Asi, la novela, cumple otra de sus funciones importantes, al caricaturizar la realidad para hacerla mas comprensible y cercana. En un reciente discurso de ingreso en la Real Academia Española hemos tenido la oportunidad de escuchar el ingenioso argumento de que, es la ficcion la que precede a la realidad o, por ser mas explicitos, la que elabora el pensamiento del hombre, ante la necesidad de explicarse el mundo que le rodea. La paternidad de la frase pertenece a don Jose Maria Merino y textualmente decia: La ficcion fue la que invento al ser humano, y no al reves. Puede ser que, el recurso a la ficcion, sea la unica alternativa posible que nos quede para poder contar la inquietante realidad que nos rodea.

El episodio de la Guerra Civil española del que se habla en Cartas desde el exilo, donde se relata la expropiación de los bienes de un republicano que tiene que tomar el camino de la diáspora, da lugar al autor para hacer un recorrido por un amplio espacio sentimental, que incluye a las personas de su generacion, pero tambien a la de los padres y a la de los hijos, estos ultimos a traves de la reflexion sobre ese futuro incierto al que se enfrentan. Todo ello bajo la lupa de aquel hecho historico que marco a tres generaciones. Aunque la guerra no fue vivida directamente por ellos, han tenido el relato de primera mano de sus padres y, en muchos casos, han sufrido de una forma mas o menos intensa sus consecuencias. La curiosidad, la busqueda de la verdad de aquellos hechos, se muestra con claridad en el ultimo tramo de la vida, cuando el protagonista llega a conocer los datos definitivos que le revelan las cartas. Es tambien una reflexion que trata de enlazar pasado y presente, proyectando las conclusiones que se obtienen de cara al futuro, como queriendo hacer patente el conocido aforismo que dice: el que desconoce su historia se vera obligado a repetirla. Los tres tiempos que se pretenden identificar forman cada uno de los tres capitulos, enlazando los dramaticos de la novela: exposicion, nudo y desenlace; con las tres generaciones que comparecen en el relato.

Con esta nueva entrega ensaya de nuevo su aportación al trhiller, con una novela corta de acción y misterio, que ambienta en la Habana Vieja y en Almería, con el recuerdo a un personaje que pertenecio a la logia Evolucion 7 con el nombre masonico de Voltaire.

Con El legado, completa una trilogía sobre temas almerienses, recurriendo esta vez a un tema clásico consagrado por la literatura, entreverando la realidad y la ficción para continuar la historia del que ha dado en llamarse "El crimen de Nijar". La novela empieza donde termina el relato de Carmen de Burgos, "Puñal de claveles", para despues de un largo recorrido por los sueños incumplidos de los personajes de ficcion, regresar al escenario de la tragedia que escenifica Lorca en "Bodas de sangre".

Ni contigo ni sin ti, supone un cambio de registro en los argumentos de las anteriores entregas de Francisco Pérez Baldó, al centrarse en una de las lacras de la sociedad actual, como es la violencia contra las mujeres, apartandose en este caso de la fantasia del thriller que recorrian los escenarios de sus otras novelas de esta coleccion. Aunque en el campo estricto de la literatura, de la inventiva literaria, supone un intento serio de sensibilizacion y acercamiento al problema de la violencia de genero. Al mismo tiempo, aprovecha para poner de actualidad, los textos de Carmen de Burgos en defensa de la emancipacion de la mujer, en un merecido homenaje a la ilustre almeriense.

La foto fija que nos ha quedado en el desván de la memoria, arrinconada ya como un objeto de imposible alcance, denostada a veces para poder sobrevivir con su ausencia, se revela incorporando la pátina que ha dejado el tiempo y la vida. En una confesión reconciliadora, por fin, de todo lo que nos ha sido arrancado con violencia, surgen estos relatos. De todas las identidades de las que nos hemos tenido que desprender, añadiendo otras ajenas y que terminan por configurar esa apariencia de realidad para seguir tirando, nos amanece la necesidad de retornar ese lenguaje primero y así poder edificar la complejidad del presente. En ese camino de regreso a un tiempo sin retorno posible, se enredan los recuerdos de la infancia y de la juventud, tratando de recomponer la foto de la identidad perdida. En esta obra Francisco Pérez Baldó recorre la Almería de posguerra hasta los años sesenta, y especialmente el espacio-tiempo de Pescadería y la Almedina. Nos habla de los niños, la escuela, los juegos, los terrados, las comidas, la pesca con caña, Las Perchas, la Estación del Ferrocarril, de personajes curiosos como el barbero de la Almedina, del latonero, de Pepe el Habichuela...en definitiva, recuerdos que nos acercan a la memoria colectiva de aquellos años duros, pero entrañables, en una ciudad mediterránea y auténtica como era y es Almería.

Los personajes populares resultan huidizos a la hora de plasmar sus biografías. Permanecen en la memoria de su generación y luego desaparecen, dejando una estela difusa en la que, muchas veces, prevalece el mito superpuesto sobre la realidad. José Galera Balazote, conocido popularmente en Almería por su alias de Pepe "El Habichuela", es un buen ejemplo de ello. Su entrañable y pequeña figura, vestido de pistolero y circulando por las calles de Almería en su famosa bicicleta, es una estampa que recuerdan muchos almerienses que vivieron la época dorada del Spaghetti Western. Y aunque de Pepe, puede decirse, que fue objeto de numerosas entrevistas y reportajes en la prensa de la época, no es menos cierto, que en la mayor parte de ellas terminaba predominando la fantasía sobre la realidad. Seguir el rastro de sus apellidos en los registros, para establecer su genealogía, representó una ardua tarea, ya que sólo aparece inscrito en el padrón de habitantes de 1988, aunque vivió siempre en Almería. Por el contrario, las personas que le conocieron, conservaban un vivo recuerdo del personaje. De su paso por los platós almerienses se cuentan infinidad de anécdotas, que han tenido necesariamente que seleccionarse, dada la limitación de toda obra. Pero el perfil completo de Pepe "El Habichuela" no podía nunca quedar completo sin el recurso a la ficción, que él consiguió con maestría singular hacer el centro de su vida, apartando una realidad que a veces resultaba triste, y otras, dura de sobrellevar. Por eso era necesario utilizar ese doble enfoque que Francisco Pérez Baldó imprime a la narración, aportando datos biográficos y reconstruyendo el relato oral de sus contemporáneos, al mismo tiempo que recrea, con notable acierto, al personaje de ficción que termina prevaleciendo. Ficción y realidad, como dos ingredientes fundamentales de la literatura, se dan cita en esta obra para poder dar una dimensión exacta de la peripecia vital, de Pepe "El Habichuela".

En un tiempo de penuria, en el que Almería se recoge sobre sí misma, casi agazapada al arrimo de su puerto, a la orilla de sus playas y calas; soñando en todos los caminos de salida por mar y tierra, se inician estas historias de personajes populares que se aferran a la costa como último recurso. Muchos de ellos recurren a esa despensa generosa que les abastece en una economía de pura subsistencia. Conforme los relatos avanzan, van repasando los sucesivos cambios, las transformaciones que dan lugar al surgimiento de un deporte, la pesca con caña; que en sus orígenes sirvió de complemento a la dieta alimentaria y, a veces, constituyó el único recurso, la última puerta, para los que se les habían cerrado todas las puertas. Con esta segunda entrega, Francisco Pérez Baldó, pretende completar desde la perspectiva del mar, ese otro conjunto de relatos urbanos, en tierra firme, que iniciara desde la distancia y la memoria. Aunque las historias tienen vocación de monografía sobre la pesca con caña, dan cuenta, en su discurso a través del tiempo, de los profundos cambios habidos en el perfil de ese pescador aficionado, en la fisonomía de nuestras costas, así como en el descenso de las capturas y la práctica desaparición de algunas especies anteriormente abundantes.