El colonialismo no se acabó con la descolonización. La jerarquía racial es la muestra más clara de la pervivencia de las estructuras de dominio y explotación de la colonia: la existencia de cuerpos y vidas desechables, la normalizacion del sufrimiento, el agotamiento fisico y la muerte de aquell*s racializad*s como no blanc*s.Las feministas descoloniales estudian como el complejo racismo / sexismo / etnicismo impregna todas las relaciones de dominacion. Pero no se limitan al espacio-tiempo del mando europeo: la historia del mundo es la historia de las luchas que han revolucionado el orden del mundo colonial. Las experiencias internacionalistas de las fuerzas anticoloniales y los intercambios Sur-Sur han sido cruciales para difundir los sueños de liberacion. Estas relecturas son esenciales para estimular la imaginacion de los feminismos descoloniales.El objetivo de las feministas descoloniales no es mejorar el sistema existente sino pelear contra todas las formas de opresion: justicia para las mujeres significa justicia para todas y todos. Y esto sera imposible si los feminismos no denuncian la explotacion poscolonial de l*s racializad*s como no blanc*s, tanto en la periferia como en Europa. Lo que Verges denomina feminismo civilizatorio se dedica a clamar contra la opresion patriarcal sobre las musulmanas (con el velo como su maximo exponente) pero no apoya con el mismo ahinco sus revueltas en el Rif o en las huelgas de limpieza de Paris.Precisamente, las feministas descoloniales han señalado la centralidad de los trabajos de limpieza y de cuidados en las actuales configuraciones del capitalismo racial y del feminismo civilizatorio. Las luchas de estas mujeres son una tarea prioritaria y deben estar en el corazon de la agenda feminista global.
Este livro é um convite para se reconectar com o poder utópico do feminismo, com um imaginário capaz de provocar uma transformação drástica da sociedade. Francesa criada na ilha da Reunião, Françoise
Las huellas sociales y culturales de la esclavitud perduran en las tierras donde tuvo lugar. Desde luego, no hay una continuidad histórica estricta entre la esclavitud y las injusticias actuales pero seguramente quedan ecos, unas constantes. Esta doble preocupación por olvidar el pasado servil y recurrir a él para explicar el presente puede parecer contradictorio para un observador que no tiene ningún conocimiento de estas sociedades, no son estáticas: allí viven descendientes de esclavos que, como ciudadanos exigen que la herencia de la esclavitud sea examinada por sus conciudadanos. No quieren ser esclavos de la esclavitud impuesta a sus antepasados y están convencidos de que sin una revisión y sin una selección de la herencia, este pasado seguirá siendo un lastre, un arresto domiciliario.
El lenguaje oficial sobre la igualdad de género es un repertorio de violencia: acoso, violación, abuso, feminicidio… Estas palabras designan una cruel realidad. Pero, ¿no ocultan otra realidad, la de
El llenguatge oficial sobre la igualtat homes-dones és un repertori de violències: assetjament, violació, maltractament, feminicidi. Aquestes paraules designen una cruel realitat. Però no en dissimul