Licenciado en cánones por la Universidad de Ávila, Jovellanos adquirió formación académica de jurista, ya que en el siglo XVIII esas facultades estaban capacitadas, como las de leyes, para instruir a los futuros profesionales del Derecho. Fue Juan Arias Saavedra quien, viendo las dotes del gijones para el ambito juridico, le hizo inclinarse por la judicatura como profesion, renunciando a la carrera eclesiastica e iniciando asi una prospera trayectoria profesional. Porque, aunque interesado por las mas variadas disciplinas, Jovellanos fue, por formacion y desempeño, un jurista: alcalde de cuadra en Sevilla, oidor de la Audiencia de aquella misma provincia, alcalde de casa y corte y miembro del Consejo de Ordenes Militares. Incluso cuando asumio brevemente un cargo politico, durante el reinado de Carlos IV, ocupo precisamente la secretaria del Despacho de Gracia y Justicia.El presente volumen atiende a esa parte esencial de la biografia del ilustrado asturiano: su quehacer profesional y las reflexiones y documentos ligados al mundo del Derecho en el que se habia formado. Un ambito que el conocio en detalle, y que aplicaria tambien a otras ramas del saber a las que dedico su esfuerzo, como la economia, la politica y la pedagogia.La obra comprende los escritos forenses redactados en su carrera judicial, los dictamenes y escritos oficiales expedidos como miembro del Consejo de Ordenes Militares, los textos de contenido juridico suscritos como ministro de Gracia y Justicia, los documentos elaborados como vocal de la Junta Central durante la guerra de la Independencia, los diversos estudios juridicos de sesgo doctrinal y, finalmente, escritos juridicos de naturaleza privada, como testamentos, contratos y poderes.El volumen reune cerca de cien documentos, muchos de ellos ineditos, y otros ahora editados a partir de los manuscritos originales. El conjunto de escritos ofrece una imagen nitida del Jovellanos jurista, en la que se percibe el paradigma de la Ilustracion: la busqueda por alcanzar una version moderna y humanitaria del Derecho que adaptase añejas metodologias y procedimientos a los ideales que traian consigo las nuevas luces del xviii. Todo ello sin quebrantar la esencia de la tradicion juridica del Derecho patrio, plasmada en lo que Jovellanos consideraba la Constitucion historica. Una Constitucion en la que se asentaban los antiguos fueros y derechos de los españoles que el jurista debia salvaguardar.
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