En ''La descomposición del marxismo'', Georges Sorel adopta una crítica muy severa del fundamento mismo del marxismo, o en todo caso del Capital, a saber: la teoría de la plusvalía. L
Como señala Isaiah Berlin en el extenso prefacio que abre este volumen, Georges Sorel (1847-1922) es una figura anómala en la galería de ideólogos, teóricos y profetas del siglo xix. No obstante, un hilo central conecta todo cuanto publicó y propugnó: la idea de que el hombre no busca ni la felicidad ni la paz, ni el conocimiento, ni el poder sobre los demás, ni la salvación en la otra vida, sino su realización a través de la actividad espontánea, libre y creadora, en un denodado esfuerzo por imponer su personalidad mediante el trabajo a un medio hostil y por dar forma al caos que el mundo de la naturaleza y el pensamiento representan. Sus escritos constituyeron la primera gran rebelión contra el ideal racionalista del progreso ilimitado y del bienestar sin tensiones.Reflexiones sobre la violencia (1906) es su obra más popular y tal vez la más representativa de su extraña y contradictoria personalidad.
En realidad, para Sorel la clase obrera existe como tal cuándo adquiere conciencia e identidad de pertenencia a una colectividad y ella cristaliza en una organización de masas visible a través del movimiento sindical revolucionario en acción. Pensaba en el carácter expresivo y simbólico de las huelgas y de la violencia que les solía acompañar. En tal sentido, «el sindicalismo revolucionario alimenta el espíritu huelguista de las muchedumbres y no prospera sino en donde surgen huelgas importantes dirigidas por la Violencia. Tiende el socialismo, cada vez más, a mostrarse como una teoría del sindicalismo revolucionario, o también como filosofía de la Historia moderna en aquella parte que se vio influida por el propio sindicalismo. Resulta, pues, de tan incohonestables datos que, para razonar seriamente sobre el socialismo, hay que preocuparse, ante todo, de buscar el cometido que corresponde a la Violencia en las relaciones sociales presentes». Él mismo hace notar que en «en los Insegnamenti sociali della economia contemporánea. Degenerazione capitalista et degenerazione socialista (Milano, Sandroni, 1907, escritos en 1903 y publicados en 1906), señalé ya, aunque de modo insuficiente, la función que, a mi juicio, desempeñaba la Violencia para afianzar la escisión entre el proletariado y la burguesía» 2. Según Sorel, el porvenir del socialismo (autogestionario) reside en el desarrollo autónomo de los trabajadores y los sindicatos obreros 3. El proletariado debe adquirir plena conciencia de clase y articular una estrategia que le permita derribar todo el entramado del sistema del capitalismo 4. En la ideología sindicalista de Sorel, el objetivo final consistía ante todo en la autogestión por los trabajadores a través de las instituciones sindicales vertebradas en el tejido productivo. En ese objetivo de autogestión de los trabajadores el sindicato está llamado a ejercer una labor de cristalización de experiencias y una labor pedagógica. De ahí se gestará el nuevo modelo de organización social y la nueva moral de los productores como alternativa al sistema del capitalismo...
Como señala Isaiah Berlin en el extenso prefacio que abre este volumen, Georges Sorel (1847-1922) es una figura anómala en la galería de ideólogos, teóricos y profetas del siglo XIX. No obstante, un hilo central conecta todo cuanto publico y propugno: la idea de que el hombre no busca ni la felicidad ni la paz, ni el conocimiento, ni el poder sobre los demas, ni la salvacion en la otra vida, sino su realizacion a traves de la actividad espontanea, libre y creadora, en un denodado esfuerzo por imponer mediante el trabajo su personalidad a un medio hostil y por dar forma al caos que el mundo de la naturaleza y el pensamiento representan. Sus escritos constituyeron la primera gran rebelion contra el ideal racionalista del progreso ilimitado y del bienestar sin tensiones dentro del marco de un sistema social armonioso en el que las cuestiones sociales quedarian presumiblemente reducidas a problemas tecnicos. "Reflexiones sobre la violencia" (1906) es su obra mas popular y tal vez la mas representativa de su extraña y contradictoria personalidad.Como señala Isaiah Berlin en el extenso prefacio que abre este volumen, Georges Sorel (1847-1922) es una figura anómala en la galería de ideólogos, teóricos y profetas del siglo XIX. No obstante, un hilo central conecta todo cuanto publico y propugno: la idea de que el hombre no busca ni la felicidad ni la paz, ni el conocimiento, ni el poder sobre los demas, ni la salvacion en la otra vida, sino su realizacion a traves de la actividad espontanea, libre y creadora, en un denodado esfuerzo por imponer mediante el trabajo su personalidad a un medio hostil y por dar forma al caos que el mundo de la naturaleza y el pensamiento representan. Sus escritos constituyeron la primera gran rebelion contra el ideal racionalista del progreso ilimitado y del bienestar sin tensiones dentro del marco de un sistema social armonioso en el que las cuestiones sociales quedarian presumiblemente reducidas a problemas tecnicos. "Reflexiones sobre la violencia" (1906) es su obra mas popular y tal vez la mas representativa de su extraña y contradictoria personalidad.