«Para realizar mi sueño hice la carrera de medicina. Durante varios años estuve convencida de seguir el buen camino. La realidad me demostró lo contrario. Los pensamientos y emociones, esos invisible
En este tiempo que constituye la transición, en que el antiguo mundo animal que muere deja sitio a un nuevo mundo que se está preparando para ver la luz, ya no sabemos a qué santo encomendarnos. Las autoridades planetarias nos han mentido y llevado al desastre. Nuestro barco sin capitana va a la deriva. ¿Quien va a tomar los mandos? ¿A quien podemos creer ahora? Hay una lluvia de propuestas. Entre la dictadura de la ONU, los extraterrestres, los cientificos y los maestros espirituales, nuestro corazon vacila y, en realidad, no quiere a ninguno de ellos. Dejemos de reproducir lo conocido, de prolongar la podredumbre. Por mi parte, estoy ya cansada de oir hablar de un mundo mejor y una sociedad mas justa. No me propongais un infierno en la tierra con aire acondicionado. ¡BASTA! Lo que deseo es OTRA COSA. Aspiro a la verdad y a la soberania individual. El problema es que he olvidado quien soy. Separada de mi alma, permanezco bajo el gobierno del ego. Lo exterior maneja mi vida y mi alma espera que yo tenga la bondad de escucharla. ¿Voy a reconocerme al fin a mi misma, afirmarme y honrarme? Es una cuestion de identidad. En este tiempo de gran confusion, lo que se revela como un bien escaso es el discernimiento entre los dos mundos, el de la realidad y el de la ilusion. Y solo el alma sabe lo que es acertado, verdadero y real. Ha llegado el momento de transferir el poder del ego engañoso al alma soberana. Entonces conocere la omnipotencia, lo ilimitado, la inmortalidad y finalmente, el amor verdadero.