Durante la denominada cultura de Uruk de finales del IV milenio a.C. el sur de Mesopotamia ya había logrado establecer un sistema económico capaz de vincular esta región, deficitaria de recursos, con su extensa periferia, mucho más rica pero menos desarrollada. Este sistema de interacciones se estableció mediante una auténtica expansión colonial de las gentes de Uruk hacia las llanuras del suroeste de Irán (Susa) y gracias a la fundación de enclaves estratégicos situados en las principales rutas de comunicación de los altiplanos del norte de Mesopotamia (Asiria y sureste de Anatolia). Este proceso puso en contacto a la primera civilización urbana conocida en la historia con regiones subdesarrolladas a través de un intercambio desigual y sentó las bases del nacimiento del poder, en el que la centralización política, la integración socioeconómica y la diáspora colonial vienen a ser las caras de una misma moneda. Un nuevo modelo sobre orígenes del Estado, basado en la lectura innovadora y sugerente de la documentación arqueológica más reciente y elaborado por uno de los mejores expertos actuales en el estudio de la formación de la civilización sumeria. El libro contiene un capítulo redactado especialmente para la edición castellana en el que el autor actualiza la información arqueológica obtenida estos últimos años en el Próximo Oriente.
En los últimos años, los estudios sobre los orígenes y formación de la civilización sumeria en la segunda mitad del IV milenio a.C. se han centrado en particular en la expansión exterior del llamado período de Uruk, que habría precedido directamente a la formación del estado sumerio en las tierras de aluvión de la Baja Mesopo¬tamia. La identificación de numerosas colonias de Uruk en el norte de Mesopotamia había llevado a los estudiosos a analizar este período clave (3900-3200 a.C.) desde la óptica de la periferia, basándose en los planteamientos de la teoría de los sistemas-mundo. El presente libro recupera el estudio de los procesos socioeconómicos y políticos dentro de la propia llanura aluvial, analizando los orígenes sumerios desde la óptica del centro, es decir, desde el núcleo central sumerio y las fuerzas que operaron en la Baja Mesopotamia en el marco de un comercio asimétrico con una vasta periferia, que le permitió acumular recursos, riqueza y poder gracias al sistema colonial más antiguo conocido en el mundo.