De las agencias de noticias se sabe muy poco. Siendo un pilar central del mundo de la información, distribuyendo dos tercios de la información publicada, sorprende la ausencia de datos sobre sus retos y problemas. Probablemente se deba a que han cumplido y cumplen una funcion esencial pero oculta, realizada en la trastienda de los los medios. No obstante, algo ha cambiado en los ultimos años. La sociedad de la informacion las esta obligando a salir de sus espacios reservados para mostrarse y competir, en un terreno mas abierto, como proveedores de contenido e incluso como medios. Es el momento de centrarse en ellas. Lo que aqui se ofrece es una mirada a estos agentes esenciales del mundo de la informacion realizada desde los conflictos que ocupan todos los dias los diarios y las televisiones. Que habla de la independencia informativa y la presencia de los gabinetes de comunicacion en los hilos, del negocio y del interes general, de los nuevos lenguajes digitales y el reto multimedia, de la transnacionalizacion de las organizaciones y de la necesidad de asumir pautas multiculturales, de la creacion de valor en los procesos editoriales, del conflicto entre lo privado y lo publico y entre el mercado y las instituciones.El autor incorpora muchos datos sobre la organizacion e iniciativas desarrolladas por las mas importantes agencias del mundo, desde Associated Press a Reuters, desde France Press a la alemana DPA o la propia EFE. Revisa experiencias, analiza alternativas y, a veces, propone soluciones sin ocultar los conflictos de intereses entre las partes. Un libro fundamental para cualquier estudioso de la realidad social, pero, sobre todo, para estudiantes y profesores de Ciencias de la Informacion, y para periodistas y gestores de medios y agencias.
Las crisis abonan y favorecen la reflexión crítica de la realidad social. ¿Consagrará la actual coyuntura el predominio absoluto del capital sobre el trabajo o ayudará, por el contrario, a que el trabajo se asuma, de forma efectiva, como capital? Dos nuevos vocablos, mileuristas y prejubilables reflejan la marginación de millones de trabajadores situados en el comienzo y en el final de sus carreras profesionales. Son dos términos que muestran, como ninguno, los efectos de la edad, el conocimiento y la experiencia en el desarrollo profesional. El orden tradicional, que permitía vislumbrar la existencia como un hilo continuo desde el aprendizaje a la madurez profesional, ha desaparecido, pero el nuevo renquea por sus extremos. No es extraño que los trabajadores se desconcierten ante esta situación borrosa mientras interiorizan un nuevo escepticismo que se concreta en la afirmación: "esta no es mi empresa". La globalización ha democratizado el acceso a la riqueza al favorecer que más de 3.000 millones de personas, principalmente en Asia, accedan a un cierto nivel de desarrollo. Pero ha contribuido también a concentrar y centralizar el poder hasta niveles impensables. La lógica del buen gobierno y la responsabilidad empresarial forma parte de una segunda democratización pendiente, que solo es posible si se aborda, en paralelo, un nuevo engranaje entre trabajo y capital como relación fundamental del sistema productivo. La expansión de las ideas democráticas requiere descender a las entrañas del sistema productivo. No hay más remedio que entrar en los intríngulis de cómo se produce, abordar el mundo de las empresas como centros de creación de riqueza y, también, escuela y cuadrilátero donde se educa al ciudadano en la colaboración y la confrontación.