El románico del País Vasco es un arte concebido en clave femenina. En sus portadas, canecillos o capiteles apenas aparecen las habituales imágenes religiosas que abundan en este tipo de templos; aquí, por el contrario, de sus piedras y pigmentos emergen orgullosas damas con ricos tocados, caballeros perfectamente ataviados, castillos sobre altas lomas y procesiones de oscuro significado. La lejania de los grandes centros de poder religioso y las frecuentes fricciones con el obispado nos dibujan un panorama de iglesias dominadas por las damas de la nobleza rural. En un mundo en el que la escritura no era un saber frecuente, las mujeres de la nobleza pudieron alzar su voz en imagenes, dejandonos todo un rico legado que, lamentablemente, hemos malinterpretado y oscurecido una y otra vez desde los estereotipos contruidos en nuestro presente.
Una relectura de la intimidad en la Edad Media a través del arte románico.Vulvas, partos, penes erectos y parejas en pleno coito pueblan las iglesias románicas de nuestra geografía repartidos por portadas, capiteles y canecillos. Estas imagenes sexuales, algunas de ellas muy explicitas, han generado estupor, sorpresa e incluso rechazo en nuestra contemporaneidad, dando lugar a todo tipo de explicaciones sobre sus intenciones y significado. Sin embargo, su proliferacion y espontaneidad indican que, lejos de tratarse de una representacion del pecado, como a menudo se han interpretado, mostraban una sexualidad mucho mas abierta y acorde con la mentalidad de quienes promovieron la construccion de estos templos. El libro demuestra como, entre los siglos XI y XIII, tuvo lugar una intensa lucha por el poder politico en la que el sexo (o su ausencia) se convirtio en uno de los principales argumentos legitimadores de las elites sociales. Una batalla ideologica que dejo su huella en las imagenes sexuales romanicas que desafian nuestra logica actual.