La autora aborda este estudio consciente de que, a pesar de los avances conseguidos en este siglo en el conocimiento científico y en la consideración del niño en nuestra sociedad, el llamado teatro infantil todavia es un termino cargado de connotaciones peyorativas y que resulta dificil de definir en terminos exactos. El cometido de esta obra no es analizar el teatro infantil en su conjunto, sino concentrarse en una parcela limitada del mismo: el texto que los autores adultos de teatro convencional o solo infantil escriben para los niños.
Este estudio ofrece a profesores, estudiantes, orientadores pedagógicos y profesionales del teatro una reflexión sobre distintos planos del fenómeno teatral en relación con el niño y una síntesis de sus principales valores educativos. Su interés en el contexto de la aplicación de la LOGSE los próximos años reside en la afirmación del espontáneo juego de roles, primera forma de teatralidad, como valioso medio en el aprendizaje significativo y en su documentado análisis de la dramatización, ahora reconocida como materia curricular en la formación de los niños. Es también una llamada al reconocimiento efectivo del poder creativo del juego, a la necesidad de crear nuevas actitudes y aptitudes para aspirar al pleno desarrollo de la persona y la adquisición de valores humanos imprescindibles y al intento de que el niño sea cada vez más protagonista de su propia historia. La dramatización y el teatro como instrumentos placenteros en la necesaria renovación de la escuela.