Es uno de los mejores periodistas franceses que escriben sobre tauromaquia. Ha creado un lenguaje literario para lo que antes era cons iderado como un deporte. Fue colaborador y jefe de redacción de los principales programas taurinos de la televisión francesa y firmó numerosas contribuciones para medios impresos franceses y españoles. Es autor, entre otras obras, de Des toreros dans le coeur (dibujos de Hippolyte Romain), Colère noire (fotos de Michel Redon), Toro! (correspondencia con Luis Francisco Espía), Flamenco (fotos de Isabel Muñoz), Chronique du sable, Tauromachie (pinturas de Dubout), Toros bravos (dibujos de Claude Viallat).
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De fenómeno, dicen algunos, sólo hay uno. Así define el término el Diccionario taurino de José Antonio Quijano Larrinaga: "Fenómeno: torero con privilegiados dones innatos para renovar o imponer normas en la práctica del toreo, como lo fue con exclusividad e indiscutiblemente el trianero Juan Belmonte". Aunque no se discute la opinión de un conocedor, Fenómeno podría ser también aquel Jaquetón, toro lidiado a muerte en Madrid en 1887 y cuyo nombre a partir de esa tarde inolvidable se volvió símbolo de bravura y fiereza. Aparte de estos "hombres o toros fenómenos", hay fenómenos extraños que ocurren en y alrededor de la corrida: toros que resucitan a ma tadores casi muertos de hambre, negros presagios que estampan el último verano del poeta torero Sánchez Mejías o un brindis lanzado de Dominguín a Churchill. Así nos lo cuenta Jacques Durand en sus crónicas taurinas, que son instantáneas de la historia de la tauromaquia, a veces acontecimientos mágicos, casi imperceptibles, que rodean a la fiesta, a veces hechos patéticos o inefables hazañas que hay que contar a toda costa. En estos destinos heredados que se lidian sobre las astas del toro, se entrechocan califas, monstruos, príncipes y faraones que comparten el mismo sueño de faena ideal y el mismo firmamento de los banderilleros, picadores, espontáneos, charros o aficionados. Jacques Durand levanta un monumento al torero y al toro desconocidos, víctimas y héroes de la fiesta, gloriosos o anónimos, inmortalizados por virtud de la crónica.
Este libro reúne una selección de artículos taurinos aparecidos en Libération entre 2003 y 2007 y nunca editados en libro. A través de estos veinte años como cronista taurino, Durand saca a la luz los recuerdos personales con múltiples y variadas anécdotas sobre el mundo de los toros.