El futuro del trabajo no es sólo un problema del Mercado o del Estado: la sociedad civil es capaz de generar nuevos empleos y otra distribución de las tareas basándose en la reciprocidad.
El estallido de la crisis deja a la vista que la autorregulación del mercado es un mito y que el capitalismo, además de generar desigualdad y ser ecológicamente insostenible, resulta intrínsecamente inestable e ineficiente. Al mismo tiempo asistimos a la expansión de iniciativas económicas distintas a las capitalistas. Nos referimos a la llamada economía social o solidaria: cooperativas, grupos de consumo responsable, bancas éticas... Todas ellas nos demuestran que existen otras formas de producir, consumir y financiarse regidas por lógicas democráticas, sostenibles y solidarias, y que además son lo suficientemente resistentes para que muchas logren sobrevivir en un medio tan hostil como son el mercado y la sociedad capitalistas. La tesis de este libro es que estas iniciativas constituyen embriones de otra economía más justa, democrática y sostenible, una economía entendida, como la producción y distribución de los bienes y servicios necesarios para una vida digna, teniendo en cuenta las limitaciones de la naturaleza. Para la economía social y solidaria, la presente crisis debe ser interpretada, sobre todo, en clave de oportunidad. Oportunidad para crecer; oportunidad para transformar las reglas del juego económico; oportunidad, en fin, para abrir un debate social sobre los objetivos de la economía y para explorar alternativas económicas que superen tanto el totalitarismo del mercado como el totalitarismo estatal.
Este libro surge de la preocupación ante una democracia frágil que cada vez es menos capaz de poner límites a la economía. Esta fragilidad, que se ha hecho más patente en inicios de este nuevo milenio, surge a raiz de una compleja realidad: un capital que se globaliza y que es cada vez mas agresivo y devorador, un Estado incapaz de resolver los problemas que plantean los incontrolados flujos financieros y una degradacion del medio ambiente a escala mundial.La situacion contemporanea ya no admite la creencia en un futuro brillante que concilie el progreso economico y el progreso social. Pero lejos de instalarse en la queja y el pesimismo, Laville introduce un elemento clave para esta relacion compleja entre democracia y economia: la sociedad civil y sus asociaciones. Estas, con sus agendas de acciones y sus recursos llenos de sentido, son una palanca para superar esa alternativa recurrente y desastrosa entre la omnipotencia y la impotencia de lo politico con respecto a la economia.Laville ve en el asociacionismo, definido como proyecto constituido a partir de acciones colectivas realizadas por ciudadanos libres e iguales en aras de un bien comun, la reconquista del concepto de solidaridad y la posibilidad de construir espacios publicos autonomos y una dimension economica democratica. Y por ello propone retomar e...