Jorge G. Aranguren

¿Qué puede empujar a un hombre a romper con una comoda rutina, arriesgando el sosiego que le concede la fama, el dinero facil y la experiencia de los años para afrontar una aventura sentimental de éxito incierto?¿Que angel o diablo -no del mediodia sino del inminente anochecer- podra tentarle?¿Por que ese riesgo, esa permanencia en la inquietud?¿Ganara el truque?Jaume, un artista navarro con muchos avatares sobre su conciencia, decide dar una nueva intensidad al tramo de su vida. Cuatro mujeres -todas y cada una proximas a el por lazos de afecto o de admiracion- representan esa expecativa y horizonte.El autor reincide en una de sus obsesiones mas tratadas: la relacion entre seres separados por el rigor de la edad, pero unidos por intereses y aficiones comunes. La devocion hacia el arte y lo sensible los reunira en una isla magica y desordenada, donde los milagros todavia suceden.Y como trasfondo, Euskal Herria y la nostalgia de su futuro.

En «Regreso a las casas» Jorge González Aranguren revisita las casas que le han dado cobijo y resguardo, asilo a su cuerpo, a su corazón y a su memoria. También soledumbre, apartamiento y silencio. Y

Krokodiloa, otarraina, xomorroak, aramua, zozoa eta Miru Jauna dira ipuin liburu honetako protagonistak. Ipuin labur hauek alegiak ekartzen dizkigute gogora, animalia hauen ibilerak halakoxeak baitira. Garai bateko alegien asmo moralik gabe idatziak daude, ordea, gaur egungo irakurleengana hizkera aberats eta jostariaz hurbilduz.

¿Qué puede empujar a un hombre a romper con una cómoda ruina, arriesgando el sosiego que le concede a la fama, el dinero fácil y la experiencia de los años, para afrontar una aventura sentimental de éxito incierto? ¿Qué ángel o diablo -no del mediodía sino del inminente anochecer -podrá tentarle?. Jaume, un artista navarro con muchos avatares sobre su conciencia, decide dar una nueva intensidad al tramo último de su vida.

La aparición de un nuevo libro de cuentos de Jorge G. Aranguren, dada su calidad, debería ser siempre un acontecimiento literario. Las narraciones que componen De un abril frío surgen de la siempre sutil combinación de realidad y ficción, mediante una reelaboración que supone manejar hábilmente lo serio y lo jocoso, la ternura, lo trascendente y lo liviano. En esta ocasión, el autor encara temas tan diversos como la vejez, la mezquindad de los editores, la envidia o algunas costumbres recientes de las fiestas populares españolas. Afronta, además, la penosa situación que padecen los habitantes del País Vasco, cuya dignidad e integridad física no siempre está al resguardo de la violencia.

El presente poemario es un libro de madurez y, también, un compendio de los motivos y fundamentos que han llevado al autor a escribir la totalidad de su obra. El título —tomado de un verso de Quevedo— es ya un indicio del núcleo argumental del texto: a medida que el camino va llegando a sus últimos vericuetos, el poeta atempera, sin renunciar a ellas, aquellas voliciones que formaron la materia viva, candente a veces, de su poesía. El mundo es portentoso e indomable; su sorpresa y embeleso, y el azar y sus vicisitudes, conducen, a la postre, a la angustia por falta de dominio sobre las cosas; solo la reflexión puede poner las cosas, si no en su sitio, al menos en un orden coherente. Las obsesiones del autor —el espejismo de los años, la notoria perplejidad e indefensión del individuo, el sufriente júbilo del amor, la búsqueda de paraísos (¿las islas?) raramente encontrados— quedan reflejadas de manera patente en estos versos de metro tradicional que forman parte de la médula sentimental y, a ratos, abiertamente melancólica del poeta.