JOSE ANTONIO ROMAN LEDO

Confortante placer acidulce servido en Cien breves tarrinas aldeanas. Yogur Griego: Sorprendente, delicado y estimulante bálsamo contra el contratiempo indigesto y la perniciosa adicción a la novela histórica. Remedios para la ceguera cotidiana. Nostalgia de oficios y ambientes perdidos. Menosprecio de la mentira y alabanza del candor. Afirmación de la magia oculta en los prodigios de andar por casa. Fe en la condición humana y en la longevidad búlgara. Yogur Griego: Amor distante. Humor cercano. Cien formulas magistrales, Cien. Sírvase con calma y cucharilla de plata.