Miguel Servet nació en Villanueva de Sigena en 1511 y murió en Ginebra, mandado quemar en la hoguera por Calvino, en 1553. Apasionado y racional, humanista desazonado y creyente, rebelde y tolerante, además de ingenio científico, es una de las mentes más inquietas e inquietantes del ebullente siglo xvi, en el que la Teología y la Ciencia libraron batallas decisivas.