José Díaz Herrera nació en Santa Cruz de Tenerife en 1950. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de La Laguna y máster de Periodismo de Investigación por la Universidad de Missouri-Columbia, en 1987 fue becado por la redacción central de la revista Time en Nueva York y obtuvo el Premio Ortega y Gasset por un informe sobre la mafia policial realizado en colaboración con dos compañeros. Ha sido redactor de El Día de Tenerife, miembro fundador y jefe del equipo de investigación de Cambio 16 y de Diario 16, miembro fundador de la revista Tribuna, reportero de Tiempo y colaborador de ABC así como en distintas emisoras de radio. Es coautor de El dinero del poder, el bestseller que sirvió de manual para destapar los escándalos de corrupción en 1991 y de La rosa y el bastón.
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José Díaz Herrera aborda en esta obra uno de los temas que suscita mayor controversia en la actualidad: la violencia de género.En esta exhaustiva labor de investigación, el autor expone la problemática y los datos mas contrastados de las consecuencias, muchas veces ocultas, que conlleva la controvertida Ley organica de medidas de proteccion integral contra la violencia de genero en España. Unicamente el 18% de las mujeres asesinadas se han acogido a esta ley, lo demuestra la tremenda dificultad para prevenir los asesinatos y detectar el ambiente que los rodea. Ademas, la presion social y mediatica que provoca ha producido en jueces y fiscales una actitud amedrentada e injusta.El varon castrado muestra en este analisis definitivo la evolucion de nuestra sociedad en los ultimos años, y de este modo observamos como ahora son los padres los que reclaman a sus hijos, un hecho que antes no ocurria.
Desde Mariano José de Larra, no ha existido en España un periodista más conocido y con más poder que él. Experto en el arte de mentir, fue el inspirador intelectual de los GAL y, poco después, maniobrero en la utilización de la lucha paralela contra ETA que con tanto ardor había defendido para acabar con Felipe González. Tras ser expulsado de Diario 16 intentó quitarle el periódico a su presidente y los que ayudaron a éste a oponerse a la OPA, acabaron fulminados años después desde El Mundo. Desde entonces, ha puesto y quitado ministros y presidentes de Gobierno a su antojo, tiene en sus manos a banqueros y a grandes empresarios y hasta Mariano Rajoy, tras plantarle cara cuando quiso desposeerle de su cargo tras perder las últimas elecciones generales, se ha convertido en uno de sus aduladores. Pedro J. Ramírez es el único reportero español con una piscina ilegal para cuyo uso han tenido que prevaricar presuntamente tres gobiernos; capaz de acusar a un político de corrupción por poseer tres casas cuando él y sus socios tienen veinte; de culpar a un vicepresidente de obras ilegales en su vivienda cuando él ha hecho lo mismo; de tomar parte desde Diario 16 en la fuga de «La Dulce Neus» y posteriormente encarcelar a su abogado por causa de su vídeo-sexual; de encabezar la lucha contra el fraude del lino cuando su familia estaba en falta, y de inventarse una falsa trama del 11-M para tranquilizar su conciencia cuando el PSOE le devolvió la factura al PP por haber utilizado, instado por Ramírez, la lucha contra el terrorismo para ganar las elecciones. Definido por muchos como sórdido personaje ávido de poder, insaciable y pretencioso hasta la desmesura, maquiavélico y diabólico, dominante, absolutista, iluminado, mesiánico, que aspira a tener el universo a sus pies, el mundo en sus manos, es el periodista que más se ha envuelto en la bandera de la libertad de expresión para defender sus asuntos particulares y muchas veces mezquinos. Temido y odiado a partes iguales, fue el inductor de la operación de creación de La Sexta para hundir al imperio de
Baltasar Garzón, el magistrado más popular de España y con mayor prestigio en el extranjero, está considerado por unos un hombre honrado y valiente hasta la temeridad y, por otros, un juez efectista y tocado por el pecado de la vanidad. Pasó a la Historia como la persona que persiguió los crímenes de Estado en nuestro país -los GAL- y posteriormente al estrellato por el procesamiento del dictador chileno Augusto Pinochet en el Reino Unido. Esta biografía no autorizada demuestra, sin embargo, que es un mito de errática actuación; que más allá de su misión judicial ha asumido el papel de «campeón de los Derechos Humanos» de un sector de la sociedad: la izquierda; que no se le conoce ni una sola sentencia tras veinticinco años de carrera y que, además, dedica buena parte de su tiempo a impartir por el mundo conferencias y clases magistrales pagadas a precio de oro.José Díaz Herrera, uno de los más renombrados periodistas de investigación y autor de libros de gran éxito, escudriña en estas demoledoras páginas las formas de proceder de Garzón y desmitifica su figura, explicando todas y cada una de las ocasiones en las que ha actuado como juez o como parte. El juez vuelve a estar de actualidad informativa por las últimas noticias sobre los procesamientos de miembros de la banda terrorista ETA.
Una denuncia necesaria, que dejará atónito al lector. Un buen ejemplo de cómo, en ocasiones, la realidad supera las más oscuras ficciones. Desde que los presidentes de Gobierno de España y Portugal, Felipe Gonzalez y Mario Soares, lograron que la Comunidad Europea considerara la prevencion de incendios en los edificios la segunda prioridad del sector de la construccion y pidiera que se destinara un 5 por 100 del presupuesto a proteger los elementos estructurales, los conductos de ventilacion y los nucleos de los ascensores de los rascacielos, el asunto se convirtio en un gran negocio para centenares de empresarios, incluidas multinacionales. La falta de controles por parte de la Administracion, la baja calidad de los laboratorios de ensayos de materiales ignifugos, el empleo de sustancias retardantes en la propagacion del fuego que no lo son, el uso de certificaciones falsificadas o manipuladas al alza y la pirateria de empresarios desaprensivos en el sector de la proteccion pasiva han convertido muchos rascacielos españoles y otros inmuebles de uso publico masivo (hospitales, colegios, centros comerciales, etc.) en verdaderos lanzallamas, casi polvorines, donde se ha primado mas la especulacion y el dinero facil que la vida humana de los usuarios y los bienes materiales a salvaguardar.