El concepto de universalidad tiene mucho que ver con la común necesidad de los seres humano de percibir y de crear. En este sentido, el poeta andaluz, como perfil creador, ha sido siempre universal. Pero es Antonio Hernandez el representante mas genuino de la poesia andaluza de los ultimos 30 años, el que, desde su primer libro, ha cumplido con mas eficacia la mision de crear desde fuentes andaluzas para llegar a universos sensoriales y sentimentales tan amplios como el propio ser humano. La universalidad andaluza de la poesia de Antonio Hernandez, es sustentada por su don poetico inigualable, por su actitud comprometida con el ser humano como tal, y por el mensaje creado, cuya lirica recrea la preocupacion de una voz unica en un escenario historico unico. Estetica y etica se mueven en un poeta -Antonio Hernandez- que los lectores y el tiempo haran mitico sin duda.
Zubia, el grupo poético más compacto y relevante de Córdoba tras Cántico, dejó huella evidente en el alma literaria de la ciudad; pero el reconocimiento que en su día tuvo, no traspasó otras fronteras. Despues, el tiempo fue engullendo en su bruma espesa el propio sentido de grupo que en los años setenta y ochenta tuvieran los poetas que lo formaron. Este libro trata simplemente de recordar. Un recuerdo que, sin animo de sentar principio alguno, es, sobre todo, de justicia. Y si la justicia en poesia es tan poco habitual, al menos la resistencia al olvido ha de ser una de las armas que hagan de los merecimientos viva realidad. Por ello, sin mas pretensiones, este libro quiere dejar un leve reflejo de la gran altura poetica y del legado que Zubia transmitio en unos años nada faciles para despuntar en la poesia.
La poesía española ha tenido sus exponentes más visibles en una serie de poetas que han marcado pautas en épocas diferentes, siendo referentes de sucesivas generaciones. La dictadura franquista, cuando mas dificil era hacer cualquier cosa, incluso poesia, tuvo poetas testimoniales que, ademas de conseguir una altura lirica importante, difundieron textos de libertad y para contribuir a la libertad de la ciudadania española, tan necesitada entonces. Entre estos poetas, como indiscutibles arietes de influencia estetica y etica, Carlos Alvarez y Antonio Hernandez ocupan lugares preferentes. Poetas de raigambre andaluza, de verso fluido y transparente, consiguieron dejar una huella perdurable entre los jovenes que, tras la muerte de Franco, se aventuraron por los caminos intrincados de la poesia.Las ilustraciones de la cubierta y del interior son obra de Fernando Ferro.