José Luis Parra nació en Madrid en 1944, aunque la mayor parte de su vida ha transcurrido en Valencia. Poeta de publicación tardía, su primer libro, Más linsojero me vi, data de 1989. A éste le han seguido, publicados por Ediciones de la guerra / Café Malvarrosa, Un hacha para el hielo (1994), Del otro lado de la cumbre (1996) y La pérdida del reino (1997), y aquí, en editorial Pre-Textos, apareció Los dones suficientes (2000). Renacimiento, de Sevilla, ha editado una amplia antología de su obra con el título de Caldo de piedra (2001). Actualmente prepara la traducción al castellano de Oraciones, de Vicent Andrés Estellés
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Jose Luis Parra nació en Madrid en 1944, aunque ha vivido la mayor parte del tiempo en Valencia, salvo dos largas temporadas en Murcia, algunos años en Madrid, durante su etapa de estudiante, y breves estancias en Cataluña. Ha colaborado en paginas culturales del diario Las Provincias, de Valencia. Hasta el momento ha publicado cinco libros de poemas: Mas lisonjero me vi, accesit del I Premio Vila de Mislata; Un hacha para el hielo, Del otro lado de la cumbre y La perdida del reino, editados por Cafe Malvarrosa; y Los dones suficientes, en Editorial Pre-Textos. "Aunque, basicamente, Caldo de piedra es una antologia -afirma el autor en una nota introductoria-, he intentado que pudiera ser leida como un libro, como una reordenacion sintetica de toda mi poesia publicada e incluyendo material inedito. Se trataria, pues, de una radiografia esencial de lo vivido durante el transcurso de la decada que va de 1989 a 1999".
José Luis Parra (Madrid, 1944-Valencia, 2012), publicó su primer libro Más lisonjero me vi, en 1989. Posteriormente, Un hacha para el hielo (1994), Del otro lado de la cumbre (1996), La pérdida del reino (1997), Los dones suficientes (2000), Tiempo de renuncia (2004), De la frontera (2009), Inclinandome (2012) y la antologia Anunciacion del aire (2016). La editorial Renacimiento ha publicado dos amplias antologias de su obra: Caldo de piedra (2001) y Cimas y abismos (2012), y el poemario Hojarasca (2016).
Tenía majestad aquel silencio. Desde la orilla, poco a poco, se adentró en lo profundo. Círculos en el agua. Esa perturbación tan sólo. Y muy tenue, apenas perceptible -pero qué redención más honda-, se oyó piar a un pájaro entre los juncos. Imágenes de un suicidio José Luis Parra
La poesía de José Luis Parra (Madrid, 1944), escrita a lo largo de los últimos veinticinco años, se fija con recurrencia en la labor de zapa realizada por cada minuto, hora y día. Descarnada y lúcida, viene envuelta sin embargo en una diccion siempre elegante. El tono, nunca adusto, sabe ser grave sin solemnidad (no rechaza la ironia ni tampoco, en ocasiones, el humor) y propicia la mezcla de la precision con la inquietud, su claridad reverberando hacia lo amargo, tiznada por el daño. Donde otros quiza recurririan ?porque la tematica los admite? a registros mas abruptos, mas coloquiales, de rendimiento efectista, Parra prefiere entregar, guiado por un calculo lirico como hay pocos, composiciones en cuya alta serenidad se agazapan el escorpion de la perdida o el gusano casi inmovil de la decrepitud. Es el suyo un mensaje desasosegante pero vehiculado a traves de un medio que destila delicadeza, tacto expresivo, potencia. Con toda seguridad, el tiempo -el Enemigo- va a ser clemente con la obra de Jose Luis Parra. No importan ni el insuficiente conocimiento que de ella tiene en la actualidad la secta de los lectores de poesia ni su desubicacion generacional. Se impondran la verdad y la fuerza -dos sinonimos- con las cuales la pobre condicion humana es cantada en sus versos. Y de la que sus versos se apiadan.
Inclinándome, sí,al clima de los años, al peso de las ruinasde la carne, encorvado en mis carencias,como el sauce que roza en la corrienteel reflejo fugaz de lo vivido.Inclinándome, sí,con reverencia, agradeciendola presencia del escaso auditorio,el temple y alegrias que me han dadoen esta feria bufa, ignominiosa.Inclinandome, si,ante el misterio y su verdad ambiguay su belleza fugitiva y ciega,no con rendida servidumbresino con refinada cortesia.Y cuando la certeza al fin se impongade que no habra mas horas ni mas dias,salir como una sombrasalir, pero inclinandome,salir sin titubeos de la escena."Inclinandome"de Jose Luis Parra.