Nuestra vida tiene banda sonora y si amas la música, a poco que te detengas a pensarlo, seguro que conectas multitud de experiencias personales con canciones.
En El tiempo en 50 canciones, José Luis
Un original libro sobre las esperas; situaciones a las que como clientes nos enfrentamos cada día, y que como gestores tememos por su impacto en la satisfacción de nuestros usuarios. Se trata de una obra de ciencia y ficcion (no de ciencia-ficcion), donde se combina de forma amena informacion sobre los factores que afectan a la percepcion del tiempo en espera, con originales e interesantes relatos que ilustran cada capitulo de modo singular. El exito y la originalidad de esta obra se deben, ademas de a la acertada eleccion del tema cotidiano pero escasamente tratado y muy necesario, a la perfecta combinacion que sus autores logran entre realidad y ficcion. La profesora Diana Gavilan Doctora en Ciencias Economicas y Empresariales (UCM), y experta en el estudio del tiempo en relacion con la conducta del consumidor aporta sus conocimientos con un tono divulgativo y ameno. Los relatos son obra de Jose Luis Zapatero, que huye de las tradicionales parabolas explicativas y aborda cada situacion con una mirada siempre sorprendente. Sin que apenas lo advirtamos, logra entretenernos y apuntar una segunda lectura para la reflexion. El rapto del tiempo es un libro imprescindible para todos aquellos que gestionan esperas, y se resienten al ver como estas afectan a la satisfaccion de sus clientes. Pero tambien lo es, y sin duda eso nos incumbe a todos, para quienes las protagonizan con su tiempo y su resignacion. A traves de sus paginas entendera los mecanismos ocultos de las esperas y descubrira que, en contra de lo que en un primer momento pueda creer, esperar no siempre es malo: en determinadas ocasiones es aceptable, y a veces, incluso deseable.
Los libros —como las películas, como la vida misma— tienen banda sonora. En Relatos de Rock’n’Roll esto cobra especial importancia ya que se trata de diez historias muy diferentes entre sí, pero que