Para aquellos que se dispongan a iniciar la lectura del libro desde fuera de Cataluña, probablemente Josep Maria Sostres no sea más que un hombre asociado a la introducción de la modernidad en la Cataluña posterior a la Guerra Civil Española. Tampoco son cuantiosas las referencias para los lectores catalanes menos avezados en el tema. Aunque figuras de la cultura como Oriol Bohigas -un poco mas joven y compañero del Grupo R- han afirmado que "fue el arquitecto mas interesante y de contenido mas incisivo de su generacion", lo cierto es que nunca disfruto del favor de los suyos.Sea como fuere, en 2015 se cumple el centenario de un profesor de historia del arte y la arquitectura, de un critico informado y lucido, de un verdadero arquitecto que adoptaba la postura del estudiante aventajado, que sabe que en los oficios nunca se deja de aprender. Sus proyectos partian de unos principios depurados con vocacion didactica. A partir de esos principios, Sostres hablaba de su obra con distancia y claridad, huyendo de considerarla un fenomeno personal e intransferible. Con objetividad y rigor, perseguia aunar las dos caras de cualquier buena teoria del arte: reflexion y accion.Estos estudios criticos pretenden intensificar la mirada sobre quien en pocas ocasiones ha centrado la atencion del gran publico. Intensificarla no desde la cercania del que se sabe contemporaneo, la abnegacion del que se considera su discipulo, o la admiracion de quien le conocio, sino desde la distancia que proporciona no haberle tratado, ni asistido a sus clases, ni tan siquiera visitado alguna de sus obras en un estado proximo al original. Desde la distancia, por tanto, se plantean unos textos que intentan devolver la atencion sobre un arquitecto que se puso al servicio de la disciplina para convertirse en trampolin hacia la cultura y la arquitectura, hacia los maestros del siglo XX y sus epigonos.