Caminos para el agua y para el hombre, las carreteras y los canales construidos desde el siglo XIX son los que han permitido a Madrid mantener su categoría de gran capital. Gracias a ellos se han podido satisfacer las necesidades de comunicación y agua de una ciudad en constante crecimiento. En 1858 el agua del río Lozoya llegaba para saciar la sed de una ciudad seca, a la vez que mejoraba las condiciones sanitarias de Madrid, muchas veces sucio y embarrado. Al mismo tiempo, aparecían las primeras carreteras para lograr, por fin, una rápida comunicación con el resto del país. Este esfuerzo se ha visto continuado desde entonces con nuevas carreteras, que se han ido adaptando con el tiempo para acoger al creciente número de vehículos de todo tipo en los que nos movemos, a la vez que al primer Canal de Isabel II se han unido nuevas construcciones que han logrado llevar a Vallecas o Arganzuela puertos de navegación y esclusas. Y es que en Madrid cabe de todo, hasta las barcazas.
Entre los años 1979 y 1986 la ciudad de Madrid estuvo gobernada por un alcalde imposible de clasificar en los compartimentos estancos de la vida política o administrativa. Enrique Tierno, por una parte, era heredero de la tradicion del siglo XIX, con sus Canovas, sus Costa y sus Galdos, mitad hombres de letras, mitad conductores de opinion. Por otra parte, supo Tierno abrir la valvula necesaria para llenar Madrid de aire fresco y ponerla al dia de contenidos esteticos que incluso a dia de hoy, cuarto de siglo mas tarde, siguen siendo modernos.Esta es la historia de como ese camino hacia la Casa de la Villa se empezo a andar muchos años antes, y como su base teorica sigue siendo un referente en el siglo XXI.
En 1961, año del cuarto centenario del establecimiento en Madrid de la capital de España, empezó a funcionar uno de los medios de locomoción con más personalidad de nuestra urbe. No era exactamente una linea de metro, tampoco un tren de cercanias como los que salian por aquel entonces de la estacion de Principe Pio con destino a la sierra. Pero heredo caracteristicas de ambos, y durante largos años, aparte de dar nombre a una banda de folk-rock y de convertir unos eriales vacios en el gran barrio de Aluche, acerco a los paseantes a la Casa de Campo, parque por el que discurria gran parte de su recorrido.A pesar de las muchas reformas y mutaciones, el suburbano conserva gran parte de su fisonomia original, y sus instalaciones, aunque repartidas entre las actuales lineas 5 y 10 del Metropolitano, siguen siendo imprescindibles para el quehacer diario, ya sea trabajo, ya del ocio.
En el año 1846 empezaron las obras de la primera vía férrea de nuestra ciudad, que desde su inauguración en 1851 une la ciudad con Aranjuez, a 48 kilómetros al sur. A lo largo de estos 160 años, se han ido añadiendo más y más vías y estaciones, configurando parte de los paisajes de la urbe. Los caminos de hierro han sido para Madrid, capital de la España de tierra adentro, el sistema de conexiones nerviosas que la han unido a los mares, y por ello los madrileños hemos tenido una dársena cantábrica en Príncipe Pío (luego desplazada a Chamartín), un puerto mediterraneo en la glorieta de Atocha y una suerte de embajada lusitana en el paseo de las Delicias. Estos trenes de largo recorrido tuvieron como "hermanos pequeños" a los del metro-esa otra ciudad por debajo de la ciudad- y a los de vía estrecha, ahora casi testimoniales, pero que han formado parte de las vivencias cotidianas de miles de vecinos de los Carabancheles, Vicálvaro, Móstoles, Arganda...