Todos los seres humanos están atrapados por poderes, circunstancias y voluntades más grandes que ellos mismos. Unos pocos soportan esta carga humildemente. Como no se rebelan contra el destino, siguen adelante sin preocuparse. Algunos se sienten abrumados por su carga, y se refugian tras el cinismo, la envidia y la indiferencia.