Consejo Superior de Investigaciones Cientificas 9788400097769
El Instituto San Isidro ha sido un centro emblemático desde que a finales del siglo XVI se fundaran los estudios que constituyen su origen. Se relatan aspectos poco conocidos de este centro educativo como, por citar algunos, su actividad durante la guerra civil, su participacion en exposiciones universales y en los movimientos de renovacion pedagogica, la presencia de las primeras mujeres en sus aulas, la adquisicion para sus gabinetes de las ultimas novedades tecnologicas y pedagogicas o la instalacion en sus dependencias de un observatorio astronomico. Todos ellos reflejan los esfuerzos realizados desde esta institucion tanto para alcanzar y mantener una posicion privilegiada en el seno de la comunidad educativa madrileña y española, como para situarse a la altura de otros establecimientos educativos europeos.
Una innovación no es un hecho aislado, sino que viene acompañada de cambios intelectuales y sociales significativos. La historia que aquí se relata relaciona por primera vez fenómenos de gran relevancia para entender el mundo de la computacion de otras epocas. Se examinan los variados recursos tecnico-matematicos que se crearon en la Europa medieval y moderna segun los ideales de racionalidad vigentes y los intereses politicos y economicos. E igualmente se analiza la tentativa de sustitucion de esos metodos por dos ingenios excepcionales, concebidos por el matematico e inventor ingles Charles Babbage en el periodo de la Revolucion Industrial. La mecanizacion de la mente no era ya una realidad lejana. Personas provistas de habilidades o de instrumentos organizadas convenientemente, maquinas aritmeticas de variada naturaleza y tablas de datos eran los elementos que debian simularse mecanicamente. Los intensos debates que estos propositos provocaron, en los que participaron personajes como E. A. Poe y Ada Byron, la hija de Lord Byron, ofrecen, como se comprueba en la lectura de la obra, una medida del alcance social de los proyectos de Babbage. Pero igualmente esos resultados condicionaron la cultura de la computacion mecanica hasta la Segunda Guerra Mundial, momento en el que se inicia la etapa en la que nos encontramos actualmente.