Pólvora, plata y boleros es un conjunto de estudios diversos sobre política exterior, historia militar y vida cotidiana en la Guerra de la Independencia. El autor aborda los avatares de la diplomacia española en la época de José I y la Junta Suprema. Pero también ofrece episodios que reflejan la vida diaria de los ejércitos de distintos países que participaron en la contienda, construidos a partir de algunos relatos de testigos presenciales y que nos ilustran sobre los bailes, la caza, la veladas, los amoríos o la vida social de las tropas. Finalmente, también incluye una narración descarnada del pillaje de obras de arte y la lucha posterior por su devolución, así como referencias a su destino actual y una síntesis del catálogo de las agresiones que sufrió buena parte del patrimonio artístico y monumental español a través de la destrucción, el incendio y el saqueo.
Cuando los ejército imperiales cruzaron el Bidasoa, en París se pensó que con la ocupación de Madrid y el desguace de la monarquía borbónica, los asuntos de España estarían resueltos en cuestión de semanas. Sorprendio la resistencia en la capital y el fenomeno que paulatinamente se fue extendiendo en el territorio peninsular. Y en un primer momento, incluso, llego a infravalorarse. A pesar de las desgarradoras imagenes que Goya nos dejo, sintesis del sacrificio y tambien la impotencia de los españoles ante la represion francesa, el balance de la primera parte del año 1808 no fue tan malo para los que se alzaron contra la ocupacion. Cierto es que hubo alguna batalla, como la de Medina de Rioseco, de arrollador triunfo frances, pero este quedo compensado por el fracaso de los imperiales ante Valencia, en junio, y por las derrotas que sufrieron en Mengibar y Bailen al mes siguiente. Los ejercitos imperiales terminaron por retirarse prudentemente al otro lado del Ebro en espera de tiempos mejores. Nunca lo hubieran pensado. "Les affaires d'Espagne" se complicaban. Sin embargo apartir del otoño las tornas cambiaron. Napoleon en persona se dirigio a España para tomar las riendas de la campaña. Zornoza, Gamonal, Espinosa de los Monteros, Somosierra, Tudela y Madrid son nombres de batallas que jalonaron los triunfos imperiales y las derrotas de los ejercitos españoles. Ante ese desgaste, 1809 empezaba con los peores augurios. Y los peores augurios se cumplieron en Almonacid. Leopoldo Stampa, experto en el estudio de la Guerra de Independencia Española, vierte en estas paginas sus profundos conocimientos sobre el conflicto.