¿Qué sería de un edificio sin puertas ni ventanas?. Las puertas y las ventanas son imprescindibles para que una obra arquitectónica deje de ser un montón de piedras para convertirse en un lugar que alberga vida. Son el nexo entre el interior y el exterior; el cordon umbilical entre lo intimo y lo publico. Por esta razon, los arquitectos modernistas pusieron especial enfasis en el diseño y decoracion de estos elementos, en los que expusieron la esencia de este movimiento vanguardista.
El Palau de la Música Catalana es uno de los edificios más emblemáticos del Modernismo, en el que se expresa de manera más evidente y rigurosa el ideario arquitectónico de Domènech y Montaner. A los aspectos arquitectónicos se ha de añadir, gracias a la obra del Orfeó Català, un valor político y cultural evidente. En este libro, la arquitectura adquiere un papel relevante junto al simbolismo social y político del que esta obra disfruta.
Cuando, en 1881, Wilde publicó El alma del hombre bajo el socialismo logró irritar por igual tanto a sus aristócratas admiradores como a sus jóvenes amigos socialistas. El ataque a la propiedad privada y a ciertas instituciones que Wilde consideraba estrechamente ligadas a ella, como el matrimonio y la familia, enfurecio a los primeros; y su escepticismo sobre la capacidad del pueblo para formular una nueva concepcion de la sociedad tenia que chocar contra el puritanismo de los jovenes fabianos, encabezados por Bernard Shaw, y compartidos por otros grupos que se consideraban unicos herederos del pensamiento de Marx o de Bakunin. Las premisas asentadas por Wilde en este lucido panfleto poco tienen que ver con el espiritu decimononico, nada hay en el de desgarramiento romantico ni de su antitesis, la solemnidad victoriana; para encontrarles filiacion habria que saltar a los estudios realizados cincuenta o setenta años mas tarde sobre las formas coercitivas con que la sociedad mutila o aniquila definitivamente a la individualidad. Cuando Wilheim Reich analiza con horror al hombre de la calle que sufre sin rebelarse, que admira a sus enemigos y destruye a sus amigos, parece inspirado en la tesis fundamental de la sociedad socialista concebida por Wilde: Nadie que quiera conservar su libertad podra someterse a las exigencias de la uniformidad. La personalidad perfecta no querra que los demas sean como ella. Amara a los demas precisamente a causa de su diferenciacion. El hombre, por utopico que parezca, tiene derecho a la felicidad: El placer es la piedra de toque de la naturaleza, su signo de aprobacion. Cuando el hombre es dichoso esta en armonia consigo mismo y con todo lo que le rodea. Pocos criticos han sabido hacer justicia a este aspecto de Wilde tan plenamente como Jorge Luis Borges cuando afirma: Como Gibbon, como Johnson, como Voltaire, fue un ingenioso que, ademas, tenia razon.