Es el primer poemario de esta artista y mujer polifacética: escultora, pintora, diseñadora... Donde la escritora demuestra una vez más la coherencia de su trabajo y la madurez de una trayectoria abierta. Existe un verdadero maridaje entre poesia y grafismo, poemas calidos que brotan espontaneamente desde la experiencia y dibujos sugerentes que poseen complejas resonancias animica; es la historia personal de vivir, de amar y de todas sus cuentas: las perdidas, el desamar, la soledad y el reencuentro con una misma, despues de esta amalgama de sentimientos.
Anidan en nosotros los ninos que alguna vez fuimos. De vez en cuando los dedos de la lluvia se dormian enredados en mi pelo. Tormentas torrenciales bajaban por mi frente, y resbalaban con su larga lengua de sal hasta mis pies. Todo se lo llevaban, miedo, angustia, dolor Todo menos la soledad, que iba creciendo y anudando en mis manos las palabras. Todo se lo llevaron, lo barrieron todo menos la sed de ti, y la larga playa de arena, donde aun sigo a la deriva, sonando contigo.
En esta primera novela, Muxácar, la escritora describe a un personaje, Amín, hombre solo y consumido en el dolor; pasea en un caluroso día de verano desde la pequeña ciudad de Muxácar hacia la orilla del mar. Entretanto, aparece el cadaver de una mujer, Roxa, en la playa de la Granatilla. Acalorado, meditabundo y arrepentido, el protagonista de la historia va reflexionando acerca de lo que sera su corta vida. Un continuo salto en el tiempo y un final tragico nos acerca a lo que fue Mojacar en tiempos inmediatos a su conquista por los Reyes Catolicos.