El personaje de El grito, de Munch, está aterrado por una erupción volcánica, que deja su huella en el terrible cielo a su espalda. La noche estrellada, de Van Gogh, es un ejemplo de la física del caos. Los cubistas nos proponen un universo en múltiples dimensiones. La sinestesia (donde se desdibujan los límites entre los sentidos y pueden oírse colores) es la responsable de los cuadros de Kandinsky. Jackson Pollock prefigura la matemática de los fractales… La vida imita al arte mucho más de lo que el arte imita a la vida, decía Oscar Wilde, y algo parecido podría afirmarse de la relación entre la ciencia y el arte, esos hermanitos descarriados que, a primera vista, van por caminos irrevocablemente paralelos, hasta que descubrimos que ambos buscan lo mismo: entender(nos), sorprender(nos), emocionar(nos). Todo esto, y mucho más, está presente en nuestro paseo por las dieciocho salas de un museo imaginario de arte moderno en el que miramos las obras con ojos indagadores para descubrir la ciencia detrás del arte (y viceversa). Sí: la ciencia es un arte y el arte… es una ciencia. ¿Y qué saldrá como hijito de ambos? Nada menos que este libro que visita a algunos íconos de la cien… perdón, del arte moderno. Nadie falta en esta especie de dream team imbatible: Van Gogh, Monet, Picasso, Dalí, Klimt y hasta los conejos fluorescentes de Eduardo Kac. ¡Bienvenidos al museo!
Bienvenidos al universo de la ciencia de los cuentos de hadas. En estas fábulas científicas, Luis Javier Plata Rosas se atreve a juntar los mundos más alejados que se nos pueden ocurrir: el de los experimentos y las hipotesis, y el de los duendes, las brujas y los sapos encantados. Es que con solo rascar un poco debajo de las letras, las Campanitas y los Pinochos, aparece la ciencia hasta donde no la esperamos.El autor nos muestra como la fisica, la quimica, la biologia y hasta la psicopatologia se han colado en los cuentos clasicos que nos relataron de pequeños y que tambien leemos a nuestros hijos: hackers dignos de las mil y una noches, enfermedades cenicientas, clasificaciones matematicas de patitos feos, casas de chanchitos que resisten huracanes, trastornos del sueño en princesas y enanos con desordenes clinicos.Preparense para maravillarse con estas magicas historias, porque de eso se trata tambien la ciencia: de contar historias fascinantes, a veces antiintuitivas o directamente increibles. Y es que los cientificos son un poco Peter Panes empecinados en no crecer, en seguir preguntando por que y por que.Habia una vez la ciencia, espolvoreada con polvo de hadas.