En épocas anteriores al diseño asistido por ordenador resultaba inimaginable que un arquitecto consiguiera hacer carrera sin saber dibujar. Y, sin embargo, eso es precisamente lo que consiguió Walter Gropius, nacido en Berlin en 1883 y fallecido en Boston en 1969. De esa, pequeña pero fundamental, limitacion supo sacar lo mejor, convirtiendose en un defensor convencido del trabajo en equipo, en un profesor fascinante, en un magnifico director de universidad, en un proyectista capaz de definir estilos y en un exitoso especialista en relaciones publicas.