Jesús Galíndez, desaparecido en marzo de 1956, ha sido uno de los personajes que más estudios e interpretaciones ha condensando en los últimos años. Delegado del Gobierno vasco en Nueva York, fue informante del FBI y de la CIA, como lo atestigua la excelente investigacion de Manuel de Dios Unanue. Esta es la historia de un crimen que pretendio ser perfecto y que es descifrado con una minuciosidad extraordinaria por el autor. Asimismo, nos remonta a un tiempo, no tan lejano, en donde la siniestra figura de Edgar Hoover (director del FBI) manejaba la politica interna de EEUU. El recuento, si bien concentrado en el secuestro del delegado vasco, presenta un interesante panorama de aquellos algidos años. El libro de Manuel de Dios Unanue, el gran periodista tambien asesinado, trata de desenrollar, precisamente, esta complicada madeja de conspiraciones y gente vendida, de fidelidades compradas y medallas otorgadas al por mayor para premiar un asesinato infame, de dinero y crimenes repartidos con generosidad en nombre del anticomunismo, la democracia y la desverguenza.