«Regresé al lugar, el sol ya se había puesto, lancé el anzuelo y esperé. No creo que exista en el mundo un silencio másprofundo que el silencio del agua. Lo sentí en aquella hora y nunca lo he olvidado».A orillas del río Tajo, durante una solitaria tarde de pesca, un niño está a punto de atrapar al gran pez. En el mismo momento en que pierde a su presa, comienza para él una conmovedora aventura que concluirá con el despertar de la lucidez. A partir de un recuerdo de infancia, el Premio Nobel portugués José Saramago elabora en El silencio del agua una fábula de extraordinaria belleza y sabiduría.
Este pequeño libro sobre libros, o sobre lo que los libros inspiran para tender puentes con los lectores, es sólo un muestrario, muy reducido, de lo que el diseño puede aportar a la lectura.En la intensa entrevista que da titulo a este volumen, Leer libros, diseñar portadas, Juan Cruz, maestro de conversadores y editores, trata de poner a Manuel Estrada contra las cuerdas, arrancarle secretos, confidencias, certezas. Pero todo vuelve a la imagen, a la lectura en imagenes y a la celebracion de un encuentro afortunado: la simbiosis entre las portadas y las obras que las portadas cubren y ofrecen al lector, el milagro del viaje de un lenguaje a otro y un enriquecimiento mutuo.Tras unos breves textos de presentacion en la primera parte, la segunda esta dedicada a la entrevista -mas bien larga conversacion- entre Manuel Estrada y Juan Cruz; en la tercera se propone un juego entre los bocetos que precedieron a las portadas, los comentarios de Manuel Estrada sobre esos mismos bocetos, las portadas a las que dieron lugar y un breve extracto donde escuchamos, junto a la voz de Estrada, la voz de los textos. Finalmente, cierra el volumen una amplia seccion donde se reproducen portadas seleccionadas entre las que Manuel Estrada considera mas logradas y que tambie