Profesor del Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia, la Educación y el Lenguaje de la Universidad de La Laguna. Imparte docencia en la Facultad de Filosofía de esa misma universidad. Ha publicado trabajos muy diversos sobre no menos diversos temas y problemas de filosofía de la mente, filosofía del lenguaje, epistemología, filosofía de la ciencia, filosofía de la técnica, ética y metafísica. Ha dirigido las tesis doctorales de Juan José Colomina Almiñana, Andrés Luis Jaume Rodríguez (en codirección con Miguel Ángel Quintanilla), David Pérez Chico y María Ponte Azcárate.
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Un lugar impreciso, Tecnolandia, y un singular personaje, el Metafísico, nos introduce en algunos de los más inquietantes problemas filosóficos de nuestros días. Nuestra concepción de la realidad, se ha vuelto sumamente compleja, siendo ya practicamente imposible distinguir ya lo natural de lo artificial. Asimismo, nuestras formas de conocer tal realidad han cambiado mucho. Por todas partes encontramos pluralismo y esa curiosa clase de experiencia ocurrida por las simulaciones. Tambien nuestra accion se ha complicado enormemente, llegando a ser no pocas veces frustrante, la busqueda de una mayor racionalidad y bienestar. En el mundo actual nos acechan los fantasmas del irrealismo, del relativismo y de la desesperacion ¿Como orientar en este mundo nuestro modo de ver y de sentir?¿Que puntos de vista nos pueden llegar a ofrecernos una buena perspectiva?¿Donde buscar apoyo?. Al contrario de lo que muchos creen o desean, la filosofia no esta muerta. La filosofia siempre ha sido reflexion y pregunta. Y preguntas como las anteriores devuelven la vida a la filosofia. Es mas, preguntas como las anteriores devuelven la filosofia a la vida.
¿Es la realidad tal como la percibimos? El contraste entre apariencia y realidad es importante y muy viejo. La filosofía y la ciencia surgieron de él. Pero es un contraste lleno de peligros. Sobre todo si lo convertimos en una dicotomía. Cuando las apariencias dejan de ser aspectos de lo real y se convierten en velos, cuando el único lugar apropiado para tales velos resulta ser la mente, y cuando la propia mente tampoco acaba de encontrar un lugar cómodo en el mundo de átomos y fuerzas que nos describe la ciencia, entonces nos enfrentamos a un serio problema. El mundo deja de ser nuestro mundo. Y nos encontramos solos y perdidos. Desde distintas perspectivas, el presente libro busca orientación frente al anterior problema. Los autores que colaboran intentan dar sentido a la idea de que nuestra experiencia y nuestro pensamiento son capaces de ponernos en contacto cognitivo directo con la realidad misma, sin la mediación de ninguna clase de intermediarios. Esto no significa que siempre lo consigamos. Ni significa que no puedan existir siempre aspectos de la realidad que no nos sean accesibles. Lo que deberíamos preguntarnos no es cómo podemos llegar a percibir la realidad, sino en qué condiciones dejamos de hacerlo.
Nuestros puntos de vista nos definen. Nos hacen únicos. Y muchas cosas dependen de ellos. Nada parece escapar a su influencia. Sin embargo, la naturaleza de los puntos de vista es frágil e inestable. Nuestro acceso a la realidad siempre requiere adoptar un punto de vista. Pero por mucho que busquemos, no encontramos puntos de vista en la propia realidad. La realidad que vemos a traves suyo los acaban haciendo desaparecer. Como momentos perdidos en el tiempo. Como lagrimas en la lluvia.¿No esta en filosofia ya todo dicho y hecho? ¿Puede la filosofia hacer algo mas que repetir su ritual? ¿Puede hacer algo mas que repetir eternamente el viejo ritual de la reflexion sobre un cierto conjunto cerrado de grandes temas? ¿Puede escapar del circulo de los problemas eternos? Si puede. Puede hacer algo mas porque hay problemas nuevos en filosofia. No todo esta dicho y hecho. Hay problemas nuevos. Y este libro trata sobre uno de ellos. Nuestro problema puede plantearse en muy pocas palabras: ¿Que es un punto de vista?
Para seres como nosotros, estar en la realidad es adoptar perspectivas. Y adoptar perspectivas siempre requiere tiempo. El tiempo es inseparable de la perspectiva. Si nuestra experiencia consistiera en destellos fugaces de conciencia, no tendriamos ningun mundo ante nosotros, ninguna posibilidad, ninguna idea. Tampoco existiria ningun nosotros ni vosotros. Nunca habria un tu. Seguramente, ni siquiera seria posible un yo. Sobre esto trata el libro que ya estas leyendo. Un libro de aspectos. Un libro de filosofia.Pero sobre todo, un libro de preguntas. ¿Como hablamos del tiempo? (Cap. 1), ¿Que justificacion tienen los contenidos de nuestras perspectivas? (Cap. 2), ¿Hasta donde llegan las relaciones entre las perspectivas y el tiempo? (Cap.3), ¿Como tratamos narrativamente el tiempo, por ejemplo en las series de television? (Cap. 4), ¿Accedemos a la realidad o acaso la construimos? (Cap. 5), ¿Es posible que vivamos en una gran simulacion? (Cap. 6), ¿Existe realmente un tiempo que fluye? (Cap 7).Para seres como nosotros, existir es sentir el fluir de nuestra experiencia.