El asombro y la contemplación de la realidad están en el origen y en cada paso de la ciencia entendida como aventura humana. Este libro descubre la dinámica de la ciencia “en acción”
Marco Bersanelli aborda en Es posible conocer el corazón de la problemática educativa: ¿Cómo se puede educar a partir de los contenidos académicos? ¿Es posible conocer realmente la realidad para llegar a ser protagonistas y construir? Un texto que debe servir de guia para abrir nuevas posibilidades en el campo de la educacion. Un instrumento de trabajo para todos aquellos que quieran disfrutar de la tarea educativa y deseen compartirla. AUTOR Marco Bersanelli (Milan, 1960) es profesor de Astrofisica y Mecanica en la Universita degli Studi de Milan y colaborador del Instituto Nacional de Astrofisica italiano. Miembro de diversas expediciones cientificas relacionadas con el grupo experimental para la medicion de la radiacion cosmica de fondo. Actualmente colabora con la Agencia Espacial Europea. Se le ha concedido la Medalla de Oro de la National Science Foundation. Es presidente de la Fundacion Sacro Cuore de Milan. Entre sus publicaciones divulgativas destaca Solo el asombro conoce, publicado en español por Ediciones Encuentro.
El espectáculo del cielo es algo que une a los seres humanos de todo lugar, cultura y tradición, desde la prehistoria hasta hoy. La experiencia de mirar a la bóveda estrellada provoca en el observador una impresión profunda en la que se aúna fascinación y vértigo, curiosidad científica e inspiración artística, intuición geométrica y sentido religioso. ¿De qué otras realidades es posible decir algo así?El viaje que lleva a cabo en esta obra el astrofísico Marco Bersanelli discurre a través de las distintas concepciones del universo que el hombre ha elaborado a lo largo de la historia, desde sus inicios hasta el presente. En cada uno de los ocho capítulos del libro, Bersanelli nos invita a identificarnos con los ojos y la mente de algunos de los protagonistas de tales concepciones para que hagamos nuestras, al menos en parte, las preguntas que les asaltaban cuando alzaban la vista al cielo. De este modo podremos comprobar que no ha habido nada de superfluo o carente de sentido en los pasos que se han dado a lo largo de la historia hacia un conocimiento cada vez más certero del mundo físico.