Marco Vassi nació en Nueva York. En una irónica nota autobiográfica dice que nació en 1970—año en que publicó su primer libro—y que falleció en 1983, año en que decidió abandonar su actividad como escritor. Profesor, psicoterapeuta, traductor del chino y editor, es también autor de doce libros: novelas como The Gentle Degenerates, Contours of Darkness o Las comedias eróticas, cuentos y ensayos, entre los que el más conocido es The Stoned Apocalypse. Toda su dedicación como escritor ha consistido en demostrar que el sexo sin culpa es el nuevo credo, gracias al cual el ser humano puede alcanzar la plenitud del amor en todas sus facetas, la puramente carnal, la emocional y afectiva, y la intelectual.
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Marco Vassi, considerado un genio de la literatura erótica moderna, traza en esta novela un retrato veraz y descarnado de una sociedad y unos seres humanos que exploran sus virtudes más sublimes y sus instintos mas morbosos. Dulces degenerados describe las relaciones des-garradas entre la nueva y la vieja moral. En nuestra era de libertad sexual, todos los deseos deben ser satisfechos:esta es la regla. Entonces, ¿como es posible que un hombre siga sufriendo las dolorosas punzadas de los celos y el afan de posesion?
Este libro ha sido leído en los múltiples países donde ha sido traducido por todas aquellas personas para quienes el erotismo siempre ha sido motivo de curiosidad, como medio de conocimiento, no sólo de la propia naturaleza profunda, sino tambien de un significado mas amplio de la vida. Nos hara pensar sin duda, pero sobre todo nos introducira en deleites eroticos que tal vez jamas hayamos podido ni tan solo imaginar, porque lo que Marco Vassi pone al desnudo ante nosotros es el ser humano sumergido en toda su compleja, contradictoria y a veces absurda animalidad. Al llevar la escritura erotica a sus ultimas consecuencias y al subvertirla radicalmente, consigue poner al descubierto las mas secretas fantasias de nuestro ser mas inexplorado, mas inconfesable. Vassi da vida ante nuestros sentidos a toda una galeria de personajes inolvidables en los cuales el lector no puede por menos que reconocerse, si no por sus actos, si por sus mas reconditos deseos. Consigue hacer saltar por los aires nuestros mitos mas sagrados con el fin de que el lector responda, sin prejuicios, a las demandas de su erotismo mas primigenio. Cuando todo en el sexo, desde la monogamia hasta la coprofilia, se presenta desde la perspectiva de nuestra remotapero ineludiblenaturaleza animal, nadie puede escapar a su destino en la gran comediahumana. Vassi reflexiona tambien aqui sobre las formas del sexo y del erotismo en la sociedad contemporanea, construyendo el curioso y fascinante concepto de metasexualidad.
Difícilmente, en un país tan puritano como Estados Unidos, un escritor que se dedica exclusivamente a escribir novelas eróticas y ensayos sobre sexo puede cosechar entre el público, y en la prensa, elogios semejantes a los que recibe Marco Vassi. Autores como Nabokov, Norman Mailer e incluso Saul Bellow, tan poco sospechoso de este tipo de aficiones, lo han situado en la categoria de maestro del genero. Los especialistas consideran que Vassi es en la segunda mitad del siglo XX lo que Georges Bataille fue en la primera, con la diferencia radical de que el acercamiento de Bataille al sexo partia de una teoria con raices en el movimiento surrealista frances y en el psicoanalisis, y Vassi, en cambio, hunde su conocimiento en la experiencia vivida, en la praxis del sexo, por asi decirlo, a partir de la llamada revolucion sexual de los años sesenta. Al igual que en Las comedias eroticas (La sonrisa vertical 68), que publicamos en 1990, Vassi vuelve aqui a sondear en las ruinas de un mundo en extincion en el que sus personajesy en particular el protagonistaaparecen como hermosos salvajes liberados de la locura que ensombrece una sociedad para el en descomposicion. Se mueve en un mundo donde impera la sensualidad en estado puro y deja que su cuerpo y sus instintos le conduzcan a donde quieran llevarle, mucho mas alla de lo imaginable, hasta las ultimas consecuencias. No es de extrañar, pues, que en las paginas de La solucion salina encontremos esta contundente afirmacion: A pesar de tanta literatura y tanta propaganda, a pesar de mi propia formacion contraria a todo ello, el sexo no es para mi un asunto de identidad. Cuando bajo la mirada y contemplo el ansioso culo que se agita, cuando disfruto cada instante del excelso contacto con el ser humano que menea ese culo y cuando siento mi polla exultar de felicidad por la belleza de nuestra danza, no me importa en absoluto saber el nombre de la otra persona. Ni siquiera me importa el mio. El extasis no tiene nombre.