María de los Dolores Quiroga y Capopardo, conocida como sor Patrocinio, nació en la finca Venta del Pinar, en el término de San Clemente (Cuenca) (27 -IV-1811) y murió en Guadalajara (27-I-891). Profesó en la Orden de las Concepcionistas Descalzas Franciscanas, y fue abadesa y fundadora de diecinueve conventos, mujer de gran virtud a la que Dios concedió dones y carismas espirituales extraordinarios. En 1830 recibió la impresión de las llagas. Sor Patrocinio fue una mujer extraordinaria, no sólo por su belleza física y por su inteligencia sino, sobre todo, por su singular vida de santidad. Testigos de distinta extracción social, entre ellos la reina de España Isabel II, han dado su testimonio en favor de sus revelaciones, de sus éxtasis, de sus milagros y, sobre todo, de sus estigmas extraordinarios que la hicieron pasar a la historia como «la monja de las llagas. El 13 de agosto de 1831 tuvo lugar la aparición de María Santísima que le dejó la imagen de la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias, que Sor Patrocinio llevó siempre consigo. Dicha imagen se venera en la actualidad en el Convento del Carmen de las Concepcionistas Franciscanas de Guadalajara, donde también reposan sus restos mortales en una de las capillas laterales. El 19 de julio de 1907 se hizo publico el decreto de apertura del Proceso Ordinario de su Causa de beatificación y canonización.
El catedrático de Historia Contemporánea Javier Paredes lleva más de tres décadas estudiando la figura de Sor Patrocinio y ya ha empezado a publicar los resultados de su larga y minuciosa investigación. En 2016 vio la luz Las llagas de la monja, y ahora anota esta biografía, con los documentos consultados en diferentes archivos de España, en los archivos del Vaticano y en el de los Franciscanos de Roma, hasta un total de 289 notas con informaciones desconocidas hasta ahora que enriquecen la vida de Sor Patrocinio. Esta cuarta edición se ha hecho con el texto original de la primera edición de 1925, lo que ha permitido detectar y eliminar las erratas que contienen la segunda y la tercera edición, algunas importantes por estar en fechas y nombres. El resultado de las investigaciones que aquí se publican va a obligar a cambiar esa visión de las relaciones de Sor Patrocinio con Isabel II, que las presenta como las de una monja milagrera, embaucadora y política, protegida por una reina casquivana. La realidad que descubre el profesor Paredes en este libro es mucho más interesante que la ficción: Sor Patrocinio nunca se metió en política y es una de las figuras más relevantes de la Iglesia en el siglo XIX.