Un inconveniente comienza con la imagen de una mujer sentada cerca de una ventana abierta, en su tocador azul y blanco, a principios del siglo XX. Cholmondeley contrapone dos estereotipos femeninos: el de Lady Mary Carden, rubia, elegante, delicada, correcta, cariñosa, dulce, intachable, religiosa, treintañera, y el de Elsa Grey, muy joven, morena, esbelta, hosca, impenetrable, proveniente de una familia problematica, turbia y seductora, con un punto salvaje. Mary y Elsa se ven complicadas en una trama sentimental, cuyos hilos forman triangulaciones posibles. En apenas cinco o seis momentos impecables por su economia, por su medida de las palabras y por su intensidad sensorial, por su oscilacion entre el dentro y el fuera, la mirada autocritica de la autora, su bisturi, saca a la luz sin sangre, entre los corses y faldones, las escondidas entrañas -dignas de piedad pero tambien de recriminacion- de mujeres diferentes. Incluso en la constatacion de esa diferencia la modernidad de la autora es apabullante. Cholmondeley no aborda una feminidad unica. Su mirada no simplifica. Sin embargo, la violencia que se ejerce sobre esas mujeres distintas es homogenea, apisonadora. El repertorio de reacciones no es muy extenso, y el lector contemporaneo debera decidir quien es la victima y q
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