Nació en México y ha residido en Amsterdam y Londres. Realizó una polémica entrevista al escritor Guillermo Cabrera Infante en 1992. Ha traducido relatos de John Fante y Hubert Selby Jr. entre otros. Fue cofundador del periódico A sangre fría (1993-1995)
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La historia del clásico de las letras francesas, Maurice Barrès, con España comienza con sus viajes de 1892 y 1893 en los que, en una senda aún muy romántica, encuentra en España todo un cuadro de agitadas sensaciones que va muy bien con su estética morbosa y mística, realmente decadentista. Y es Toledo su gran descubrimiento, en la que desarrollará esa visión decadentista y, en el fondo, de reacción antimoderna que empieza a diferenciarlo del tópico romántico. En este volumen se recogen todas las páginas de trasunto español en su libro De la sangre, de la voluptuosidad y de la muerte, en las que podemos diferenciar claramente las dedicadas a Andalucía, donde está claramente lastrado por el tópico pintoresquista, especialmente por el sempiterno Gautier, y que también ofrecemos aquí a efectos de puro contraste; Lla novela corta que compone en su ya eterna Toledo.
Místico y exaltado, morboso y decadentista, Barrès fue un antimoderno al que admiraron Ortega o Marañón. Zuloaga y Azorín le deben mucho a aquel escritor coetáneo de sensibilidad semejante al que rindieron homenajes diversos. El Greco y Toledo son en Barrès dos claves españolas que se explican mutuamente en una visión que se va decantando en su obra a lo largo de veinte años. El estrépito plebeyo de un baile agrio y popular, casi solanesco, y el Entierro del Conde de Orgaz, la España negra y el Toledo levítico parado en el tiempo se suceden en la visión de una ciudad católica, islámica y semítica, vista con afecto e ironía por un Barrès que la entendió como pocos. En capítulos breves que son cuadros que hablan de los cuadros del Greco y de una ciudad dormida en aquel tiempo en que la pintó el artista, Barrès aborda las vistas y descripciones de Toledo desde muy distintas perspectivas: desde la panorámica lejana al interior de la catedral, para acabar contemplando la mezcla constante de tres religiones y tres culturas, en los edificios, en el trazado de las calles, en las mezquitas, sinagogas e iglesias y en el aspecto físico de los toledanos con los que se cruza el viajero. Y en el capítulo final, El Greco, un pintor del alma, poco valorado hasta entonces, le revela el secreto de Toledo: su impulso místico, que hace que la suya sea una pintura complementaria de la poesía de San Juan de la Cruz y los tratados de Santa Teresa.
Maurice Barrés fue uno de los escritores franceses más destacados del siglo XX, admirado por André Malraux o Marguerite Yourcenar, pese a sus diferencias políticas, y en este pequeño volumen se reúnen las paginas que dedico a su viaje al frente italiano durante la Primera Guerra Mundial. Su querida Venecia sufrio bombardeos y acoso, y de ello escribe, ademas de describir los esfuerzos militares en sus fronteras y de relatar su peculiar encuentro con Grabriele D'Annunzio.
L'histoire du lorrain Maurice Barres ( 1862- 1923) avec l'Espagne commence avec ses voyages en 1892, 1893 et culmine avec ce texte de 1911 ou il cherche a donner un chemin royal a chacun de nous pour penetrer dans la connaissance du genie espagnol .