Con sutil pluma Mauricio Bares nos enreda en un discurso cuya treta central es desmantelar todo discurso que se erija en torno al hombre, como modelo, como ilusión y como esperanza, al grito utópico y descentrado del vate que ve, en la lejanía, nuevas formas de hombres aproximándose. Libro que augura un nuevo tiempo en el pensar, más allá de la rigidez conceptual a la que hemos estado acostumbrados hasta el día de hoy.
Anónimo Hernández es el pseudónimo con el que Mauricio Bares se desdobla en una actitud crítica hacia todo el mundillo literario tan socorrido de esnobismos, postura que caracterizó también el aliento, hace dos décadas, de una generación de jóvenes escritores que rompieron con las rígidas estructuras de la literatura mexicana para darle el vuelco más significativo de los últimos años.