Max Otte se doctoró por la Universidad de Princeton, es profesor de la Escuela Técnica Superior de Worms y director del Institut für Vermögensentwicklung (www.privatinvestor.de) de Colonia, fundado por él, además de gestor independiente de un fondo de inversión y director del Zentrum für Value Investing e.V. Ha publicado varios libros sobre temas económicos y mercados de capitales. Su libro ¡Que viene la crisis! estuvo durante meses en la lista de éxitos de ventas y El crash de la información, de Ariel, ha conseguido gran eco en España.
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La desinformación es un virus que avanza de forma imparable. Grandes empresas de alimentación que desorientan al consumidor con datos confusos, compañías telefónicas con tarifas llenas de cláusulas abusivas, bancos que colocan productos financieros incomprensibles. Ejemplos de una trama orquestada para manipular, confundir y, en ultima instancia, engañar deliberadamente al ciudadano.Max Otte expone los mecanismos de la desinformacion cotidiana y explica como conducen hacia un colapso social generalizado. Asi, señala a los principales propagadores, periodistas y politicos al servicio de los departamentos de comunicacion y marketing de grandes empresas, y da indicaciones concretas para que la poblacion recupere su soberania sobre la informacion.
Después de haber alertado sobre la degradación de los media y la desinformación a la que estamos expuestos en El Crash de la información, Max Otte vuelve a la carga con un libro incendiario sobre las consecuencias de una crisis permanente que amenaza con dinamitar los avances sociales y económicos de las últimas décadas e instalar un nuevo feudalismo mundial: un nuevo capitalismo que concentra el poder y el dinero en pocas manos y condena al resto a ladesinformación, la deseducación, y, a la larga la servidumbre y a la pobreza.Políticos, directivos de empresa, analistas y también ahorradores y pequeños inversores se sienten totalmente inseguros y se preguntan si la relación entre los mercados y la política encontrará un nuevo equilibrio. ¿Cómo se pueden impedir las especulaciones nocivas sin perjudicar a la economía real? ¿Debemos consolidar nuestro presupuesto del Estado? ¿Quién deberá pagar? ¿Resistirá nuestra moneda común estas dificultades o nos espera una inflación? Si es así, ¿dónde se puede invertir el dinero de modo que esté seguro? Al conversar con Thomas Helfrich, Max Otte formula las respuestas: este libro trata del presente y del futuro de la economía mundial, de la necesidad de una política firme y de las estrategias de inversión en tiempos de crisis.
“España estaría mejor sin el euro.”Paul Krugman, The New York TimesLlegados al punto más grave de la crisis que asola Europa, cabe hacerse la gran pregunta: ¿Qué sentido tiene seguir adelante con el
Desfigurar, dar datos falsos, minimizar las circunstancias agravantes con mensajes positivos pero inanes, desorientar deliberadamente, soliviantar o aturdir, exagerar... todo eso pertenece al repertorio de la desinformacion y en nuestra sociedad es, desde hace mucho, mas que moneda corriente. El colapso de los mercados financieros, provocado por la venta masiva de titulos cuyo riesgo fue sistematicamente ocultado, se debio en gran medida a la propagacion del virus de la desinformacion que afecta a toda la sociedad. La avanzadilla en esos engaños y ofuscaciones la constituyen las grandes empresas de alimentacion, que confunden al consumidor con datos confusos e incomprensibles sobre el peso, la calidad y el precio de los articulos que ofrecen a la venta. Las tarifas de las compañias de telecomunicacion son igualmente inescrutables y con clausulas ocultas. Los buscadores de Internet utilizan la informacion como autentica materia prima para vender a empresas que buscan adelantarse a las necesidades o gustos del cliente. Practicas ilegales, en su mayoria permitidas y que muy poca gente denuncia realmente. Los periodistas contribuyen notablemente a la desinformacion. Las informaciones financieras no se basan en una sensata paciencia, sino en la dramatizacion de la falacia.
El viejo orden mundial que los EUA establecieron tras la Segunda Guerra Mundial se desmorona. Un nuevo orden está surgiendo. Sus contornos pueden ser por ahora solo esbozados. Cuando expresé lo anterior publicamente en una entrevista de la cadena de television alemana ARD el 5 de febrero del 2017, la moderadora del programa me dirigio gestos desaprobatorios, pues nadie quiere hablar de ello. Las alteraciones geopoliticas y economicas, las convulsiones politicas en Occidente, las crisis economicas, las amenazas a la libertad y el surgimiento del populismo son todas ellas consecuencias del mismo fenomeno global. La causa puede resumirse en una frase: los EUA han dejado de ser la indisputada potencia economica y militar que habian sido despues de 1945. La produccion economica de la Republica Popular China, medida de acuerdo con la capacidad de compra, supero en el año 2014 la de los EUA, aun cuando estos mantienen por mucho margen la fuerza militar mas poderosa. El centro de la economia mundial esta migrando. Lentamente adivinamos que en Alemania y Europa ya no somos parte de el. Pero tampoco el predominio economico de los EUA, que caracteriza al actual sistema economico mundial, esta de alguna manera asegurado. Las repercusiones de esta transicion de epoca las percibimos en todos los ambitos, globalmente.