¡No podría vivir sin leer ni escribir! Nací en la cama de mi abuelo en Barcelona, mientras cantaba un grillo; por eso me gusta tanto escuchar la música de la vida, la que hacen las hojas de los árboles movidas por el viento o la de las palabras, cuando alguien lee o explica, con amor y en voz alta, algún cuento. Por eso escribo, para dejar salir la música que siento dentro de mí y compartirla también de viva voz con todos los que quieran escucharme, especialmente con familias, con niños y jóvenes con dificultad para acceder a la lectura. Me gusta hacerlo como si los cuentos fueran secretos, y con la misma ternura y naturalidad que usa la gente de la calle cuando se explica las cosas que les afectan. Los comparto también con los padres para invitarles a hacer lo mismo con sus hijos. Creo que los cuentos son guijas del río de la vida, que nos ayudan a reír cuando tenemos que reír y a llorar cuando tenemos que llorar, y por este motivo cuando antes empecemos mejor. Soy la presidenta de la Asociación Cultural Cal Llibre, una ONG con un proyecto inédito donde se entiende la lectura como herramienta de crecimiento personal, y desde donde acompañamos a vivir los cuentos, creando telarañas de lectura que nos unen y nos arropan.He sido la directora de la Biblioteca Can Butjosa de Parets del Vallès durante 30 años, ahí aprendí a hacer de puente entre los libros y sus usuarios. Para hacer visible la vertiente educadora de la lectura me otorgaron el Guardón Marta Mata (2009). Gané el Premi Crítica Serra d'Or con La Lluna i els miralls (1991). He escrito cuentos como: El pagès i els talps, Quin temps més boig, En Jordi Dormilega, o Quin Tango...
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1997 Adaptacions populars de faules i llegendes de sempre, en aquest cas La Blancaneu, en versions adequades als nens i nenes d'avui. En l'explicació o en la lectura de contes, faules i llegendes, amb el suport d'unes il·lustracions magnífiques, els nens i les nenes no són mai espectadors passius. Miren, llegeixen i escolten, però també viuen, senten i reaccionen. És a dir, descobreixen una manera de fer, de parlar i de viure. Per això és important de posar al seu abast aquelles històries tradicionals que són el testimoni més fidel i entenedor dels pobles.
Había una vez un hortelano que tenía un huerto muy bien cuidado. Se llamaba Enrique. En su huerto cultivaba de todo: zanahorias, tomates, lechugas y nabos. Un día, una familia de topos pasó por aquel huerto y cuando lo vieron tan requetebonito decidieron quedarse....
Hi havia un pagès que tenia un hort molt ben cuidat. Es deia Enric. Al seu hort hi havia de tot: pastanagues, tomàquets, enciams i naps. Un dia una família de talps van passar per aquell hort i quan el van veure tan repreciós van decidir de quedar-s'hi. El primer dia, es van endur el nap més gran que hi havia. L'endemà, el pagès va trobar el forat i no se'n sabia avenir. Durant tot el dia es va anar preguntant: -Ai caram, què deu haver passat? Com és possible que hagi desaparegut aquest nap?